Introducción


“Entró en fuego el batallón carlista de Arlanzón (2º de Castilla), resistiendo a pecho descubierto, y conociendo Velasco (Gerardo Martínez de Velasco) que empezaban a escasear las municiones, le reforzó con el batallón del Cid (1º de Castilla), que subió a la carrera, desplegó una guerrilla por su izquierda y ayudó a los de Arlanzón a sostener la posición. Solos aquellos dos batallones, que apenas contaban cada uno 400 plazas, sin esperanza de refuerzo y al descubierto, hicieron tan heroica resistencia que fue la admiración de todos. Allí mostraron una vez más aquellos bravos castellanos, que siendo los más desatendidos eran los más valientes”.
(Antonio Pirala Criado: Historia Contemporánea. Anales desde 1843 hasta la conclusión de la última Guerra Civil. Acción del paso de Muñécaz o de las Muñecas, Vizcaya, 28 de abril de 1874)

Juicios parecidos, podemos encontrar en muchos de los autores que han estudiado el Carlismo, pero he entendido que debía reseñar el de un autor decididamente liberal, como lo era Pirala, aunque su reconocimiento hacía los castellanos, no esté exento de mala intención respecto del Carlismo en general. El caso es que, hace ya muchos años, se despertó en mí la pasión por la Historia de España y el paso del tiempo fue decantando mi interés hacia el Carlismo y dentro de su ya casi bicentanaria andadura, mi trabajo se iría centrando paulatinamente en el Carlismo castellano. Mi atracción se basaba en dos aspectos: primero, el intento de que mis esfuerzos pudieran contribuir a dar al Carlismo su verdadera dimensión, alejándolo de esa malévola o ignorante visión que lo reduce a algo pretérito y propio de vascongados o navarros, tan sólo comprometidos con una determinada bandería dinástica, y segundo, mi doble afinidad sentimental con él, por origen y carácter, además de entender que en ellos se encontraba representado el Carlismo más sacrificado y sincero.
En mi trabajo, El levantamiento carlista de Castilla la Vieja, intenté demostrar su importancia, cuantificando, en la medida de lo posible, ese primer movimiento castellano, no sólo a favor de los derechos de don Carlos María Isidro, sino también en los principios que representaba, pero haciendo también hincapié en los protagonistas, pues ponerles nombre y apellidos, ha sido otra de mis preocupaciones desde que me atreví a escribir sobre la Historia de España. Fruto de ese interés, fue el apéndice que acompañaba aquel trabajo, en el que incluía unas decenas de breves notas biográficas, sobre algunos de los actores de aquel movimiento en Castilla la Vieja.
Desde entonces, siempre tuve intención de completar aquel, podríamos decir, mini catálogo de carlistas castellanos, ampliándolo todo lo que me fuese posible y abarcando toda la historia del Carlismo. Son miles los nombres de carlistas que constan, tanto en libros como en archivos, pero no era fácil determinar, excepto claro está, aquellas pocas decenas que habían alcanzado más notoriedad, quiénes de aquellos hombres habían nacido en tierras de Castilla. Decidí por ello y con intención de hacer más asequible mi empeño, acotar el trabajo a los combatientes, eso sí, desde la Primera Guerra decimonónica hasta la que asoló España de 1936 a 1939. Reuní más de dos mil nombres, que por zona de actuación o por las unidades en las que estuvieron destinados, evidenciaban su origen castellano. Lamentablemente una cosa era confeccionar esa lista y otra muy distinta, encontrar los datos suficientes sobre ellos, como para poder dedicarles es mínimo de páginas que su esfuerzo merecía. Así, la lista ha quedado reducida finalmente a solo unos cientos. Estoy seguro, sin embargo, que son ejemplo suficiente de todos aquellos otros a los que la Historia, nunca podrá hacerles justicia.
Y para que las dificultades editoriales previsibles, no entierren nuevamente a la mayoría de los que he conseguido recuperar, he decidió crear esta página para asegurar así su pervivencia a los ojos de todos aquellos que curiosos de nuestro pasado quieran acercarse a ella.

sábado, 30 de octubre de 2010

Don Eugenio Regino y Don Juan Rosa AGUINACO LANDALUCE

Nació don Eugenio en Haro (La Rioja), el día 7 de septiembre de 18081.
En su Expediente Personal se conservan tanto su Hoja de Servicios en el Ejército regular, como en el Ejército carlista. Por ésta, sabemos que fue de los que se pronunciaron en Haro, siguiendo las órdenes de don Santos Ladrón de Cegama. Su nombre, y el de su hermano, están en la lista de los primeros sublevados que recibieron caballos y diversos pertrechos de la población, según una lista que se conserva en el archivo municipal de ese Ayuntamiento2. Y en su Hoja se dice que estuvo a las órdenes de don Santos, en Caballería, desde el día 7 de octubre de 1833, hasta que cayó prisionero, quedando entonces a las del Brigadier don Pedro Miranda. No cabe duda pues, que asistió a la acción de Los Arcos (Navarra) el viernes día 11 de octubre, donde el caudillo navarro fue derrotado y apresado, y que luego asistió a la acción de Puente Navarro, el día 9 de octubre, según dicha Hoja, que debe referirse a la acción del Puente de Logroño, en el camino a Navarra, por lo que puede que también se le conociese con ese nombre y en donde don Basilio Antonio García y don Pedro Fausto Miranda, fueron derrotados por don Manuel Lorenzo, que se adueñó de la capital riojana, el día 26 de octubre de ese año de 1833.
No obstante, las siguientes acciones que se apuntan, Castrogonzalo (Zamora) y Prádanos de Ojeda (Palencia), nos permiten conocer que fue uno de los jinetes que siguió a don Ignacio Alonso-Cuevillas, según su Hoja de Servicios, encuadrado en los <<Lanceros de Rioja>> y que tras la dispersión de las tropas castellanas, fue uno de los que siguió al jefe riojano cuando se dirigió a Portugal, y uno de los que regresó, siguiendo a don Santiago Villalobos, don Gabriel del Moral y don Francisco Vivanco, tras la acción del puente de Castrogonzalo sobre el río Esla, en la madrugada del día 3 de diciembre, siendo de los que se incorporó, seguramente con Vivanco, a las tropas del Norte. Y eso, a pesar de constar que permaneció en el escuadrón de <<Lanceros de Rioja>>, hasta el día 14 de diciembre, lo que nos induce a pensar que sería en esta fecha cuando, ya en el Norte, se disolvió este escuadrón. Así nos lo confirma, el que el resto de las acciones que recoge su Hoja, tuvieran lugar ya en Vascongadas y Navarra, formando desde el día 14 de diciembre, en el escuadrón de <<Álava>>, en el que permanecería hasta el día 8 de marzo de 1837.
Durante este periodo, se reseña que asistió a las acciones de Villanueva. Navarra (10 de abril de 1834); Venta de Echábarri. Navarra (21 de julio de 1834); Molino de Portilla. Álava (9 de septiembre de 1834); Villafranca. Navarra (1 de diciembre de 1834); Mendaza y Arquijas. Navarra (12 y 15 de diciembre de 1834); Arquijas. Navarra (5 de febrero de 1835); Lárraga. Navarra (8 de marzo de 1835); Arróniz. Navarra (29 de marzo de 1835); El Perdón. Navarra (5 de mayo de 1835); Operaciones del Primer sitio de Bilbao. Vizcaya (11 de junio de 1835); Olazagutia. Navarra (25 de junio de 1835); Gardélegui. Álava (20 de septiembre de 1835); Llanada de Vitoria. Álava (27 y 28 de octubre de 1835); Campos de Galarreta. Álava (24 y 25 de mayo de 1836); Sitio de Laguardia. Álava (14 de agosto de 1836); Alto de Roa, entre Ullibarri y Luco. Álava (28 de agosto de 1836); Segundo sitio de Bilbao. Vizcaya (25 a 27 de octubre de 1836); Tercer sitio de Bilbao. Vizcaya (5 de noviembre a 24 de diciembre de 1836), y a la etapa final de la batalla de Oriamendi. Guipúzcoa (16 de marzo de 1837), de la que tenía un Escudo de distinción. Esta última, según su Hoja de Servicios, formado parte ya del 3er escuadrón del 2º regimiento de <<Lanceros>>.
Con dicho regimiento asistiría a la Expedición Real (Estella. Navarra, 15 de mayo de 1837 – Arciniega. Vizcaya, 26 de octubre de 1837), participando en las batallas de Huesca, Barbastro, paso del Cinca, Guisona, Chiva, Villar de los Navarros, retirada de Alcalá de Henares, Arcos de la Cantera, y Retuerta.
También según su Hoja de Servicios, fue hecho prisionero el día 13 de noviembre de 1837. No consta, sin embargo, en que acción lo fue o que hubiese quedado herido en algún hospital de sangre ocasional, tras la retirada de los expedicionarios. Caben pues varias otras posibilidades, fundamentalmente, que fuese uno de los que quedó disperso tras las últimas batallas de la Expedición Real o de los que se quedaron en Castilla, a las órdenes del Brigadier don Miguel Manuel Marrón, pudiendo entonces caer prisionero en alguna de las escaramuzas que sostuvieron las fuerzas de éste, por esa época. Marrón, sería también hecho prisionero, aunque más tarde, el día 25 de marzo de 1838, y se encontraba, al final de la contienda, igual que nuestro protagonista, preso en El Ferrol, y fue uno de los Jefes que certificaron sus empleos y grados, cuando solicitó acogerse al Convenio de Vergara, lo que avalaría la última posibilidad apuntada. En el listado de los prisioneros que se hallaban en el depósito de El Ferrol (La Coruña), aparece don Eugenio como Teniente y perteneciente a la división de Castilla3.
El jefe que certificó su Hoja de Servicios carlista, con fecha 25 de marzo de 1843, fue el Coronel don Feliciano Tarín, quien además de reconocerle como Alférez de Caballería, señala que “por ser uno de los Alférez más antiguos del Cuerpo y que acompañaron al Señor Don Carlos en su expedición al interior en 1837, según la concesión del mencionado Príncipe fue propuesto para el grado de Teniente”.
Sabemos que tras acogerse al Convenio de Vergara, fue puesto en libertad el día 10 de febrero de 1840, cursando instancia, todavía desde El Ferrol, con fecha 12 de febrero de 1840, en la que se titulaba Teniente graduado de Capitán, del citado 3er escuadrón del 2º regimiento de <<Lanceros>>, y en la que tras exponer que “en el acto de ser hecho prisionero perdió sus despachos y demás documentos con que podía acreditar su expresado (empleo)”, suplica, constándole que el mismo depósito se hallaban el Brigadier don Miguel Manuel Marrón (que él llama Miguel María) y el Capitán don Manuel Rodríguez, se sirviesen ordenar que ellos los certificasen. Lo que haría, con fecha 13, como indicábamos, Marrón, y con fecha 15 del mismo mes, Rodríguez.
A la espera de revalidación, se le encuadró en el Arma de Caballería, como “excedente” y “licencia ilimitada” en San Vicente de la Sonsierra (La Rioja). Desde esa localidad y fecha 21 de febrero de 1844, cursó una nueva instancia, en la que explicaba que “aún cuando no había obtenido de Don Carlos mas Despacho que el de Alférez, le correspondía el empleo de Teniente con el grado d Capitán de Caballería con arreglo a una orden que dio el mismo Don Carlos en Hontoria el día 14 de Octubre de 1837, en la que se dice que concede un ascenso y un grado a los Subtenientes, Alféreces y Tenientes de primera época, contada desde 13 de Octubre de 1833…”, por lo que suplicaba se le revalidase el empleo de Teniente y grado de Capitán de Caballería. Acompañaba a dicha instancia copia del Real Despacho, firmado por don Carlos en Zúñiga, el día 9 de febrero de 1835, nombrándole Alférez de Caballería con antigüedad de 29 de marzo de 1834, así como de los pasaportes y certificados que se le facilitaron para poder pasar a San Vicente de la Sonsierra, en los que se le calificaba como Teniente y Capitán graduado de Caballería.
Sin embargo, por Orden de 5 de julio de 1844, se le revalidó el empleo de Alférez de Caballería, único empleo que pudo justificar documentalmente, con antigüedad de 31 de agosto de 1839, quedando en situación de “reemplazo” en el depósito de Jefes y Oficiales establecido en Briviesca (Burgos), hasta que el día 12 de agosto de ese año de 1844, fue destinado en clase de “supernumerario” el regimiento de Caballería de la <<Reina>>, 1º de Lanceros. El día 30 de junio de 1845, quedó en expectativa de destino en el Estado Mayor de Plazas, pasando con fecha 1 de septiembre, a desempeñar interinamente, el puesto de Ayudante 3º del castillo de Burgos, puesto que obtuvo en propiedad el 23 de marzo de 1849. A finales del mes de enero de 1850, sería destinado a ocupar igual plaza en el castillo de Olivenza (Badajoz), pasando, a finales de junio de 1853, a ocupar el puesto de 2º Ayudante en la plaza de Valencia, siendo ascendido, en consecuencia, al empleo de Teniente por Orden de 23 de ese mes. El 5 de diciembre de ese año, pasaría a desempeñar el mismo puesto en la plaza de Alcántara (Cáceres), siéndole concedido el grado de Capitán por Orden de 31 de octubre de 1854. El día 19 de marzo de 1855, se le dio de baja en dicho Cuerpo, quedando en situación de “excedente” y residencia en Alcántara.
El día 16 de junio de 1856, se reincorporó al servicio como 2º Ayudante de la plaza de Zamora, destino en el que estuvo hasta que, por Orden de 31 de marzo de 1863, pasó como Ayudante 1º a la plaza de Lérida, siendo ascendido al empleo de Capitán de Infantería. Cesó como tal, a finales de agosto de ese mismo año, en que pasó a la situación de “reemplazo” y residencia en Castilla la Vieja. Se encontraba en esta situación, cuando tuvo que cumplir la condena a la que había sido sentenciado por encuentro que tuvo con un superior, estando ocasionalmente en Zamora y que se calificó como “desacato”, entrando a verificarla en el castillo de Burgos, el día 8 de marzo de 1865, mes en el que, con fecha 27, se le dio la baja definitiva en el Ejército. Estaba en posesión de las Órdenes de Isabel la Católica y de San Hermenegildo.
No nos ha sido posible determinar dónde y cuándo falleció, aunque entendemos que pudo ser en Haro o en San Vicente de la Sonsierra, lógicamente después del mes de marzo de 1865.
Como curiosidad y para terminar, digamos que en su Expediente, consta una copia de su partida de Bautismo, que adjuntó a una instancia, para que le fuese cambiado el nombre que habitualmente constaba en toda su documentación, Regino, por el de Eugenio, demostrando que era ese su primer nombre.
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Su hermano, don Juan, nació en Haro (La Rioja) el día 29 de agosto de 17904.
La documentación obrante en su Expediente5, es muy breve, fundamentalmente dos documentos procedentes del campo carlista: un escrito firmado en Elorrio (Vizcaya) el día 25 de marzo de 1836, por don Luis de Villemur al General en Jefe del Ejército, con posterior traslado al Subinspector de Caballería y que trascribimos:
Excmo. Señor: = He dado cuenta al Rey N.S. de la instancia que elevó a Sus Reales manos el Comandante que fue de Voluntarios Realistas de Haro D. Juan Aguinaco, en solicitud de que se dignase confirmarle en el empleo de Capitán de la misma arma que le confirió en Octubre del año último de 1833 la Real Junta de Castilla y enterado S.M. de lo que V.E. informó en 29 de Febrero último y conforme con el dictamen de su Asesor Real a quien igualmente ha tenido a bien oír sobre esta exposición se ha dignado acceder a ella. Lo que comunico a V.E. de Real orden con inclusión del Real Despacho del interesado para los demás efectos consiguientes”
Solamente agregaremos que, en la documentación consultada por nosotros en su día, para determinar los comandantes de los diferentes batallones de Voluntarios Realistas de la región6, el puesto de Haro, aparecía como vacante, lo que no quiere decir que don Juan, lo ocupase de forma interina. Si está en la lista de sublevados en Haro, que recibieron caballos y pertrechos, según apuntamos al hablar de su hermano.
El otro documento, está firmado en Tolosa (Guipúzcoa), el día 1 de mayo de 1837, por don Joaquín Elío y dirigido al Jefe del Estado Mayor del Ejército, dice:
Excmo. Señor: = El Excmo. Señor Secretario de Estado y del Despacho de la Guerra con fecha 26 de Abril último me dice lo siguiente: = El Rey N.S. se ha dignado acceder a la instancia en que el Capitán de Caballería Don Juan Aguinaco solicita su pase a Inválidos. Y los digo a V.E. de Real orden, para que lo eleve a conocimiento de S.A.R. a los efectos consiguientes en mérito a su oficio de 3 del próximo pasado. = Lo que traslado a V.E. de orden de S.A.R. para los efectos consiguientes”
Lleva una nota al margen de 8 de mayo de 1837, que dice: “Se traslada al Comandante General de Caballería, previniéndole manifieste a este interesado a que depósito le acomoda pasar”
No tenemos ninguna otra noticia de don Juan Aguinaco, pues, al contrario de su hermano, no aparece en ninguno de los listados confeccionados tras el Convenio de Vergara, por lo que podríamos presumir que incluso hubiese fallecido antes del final de la contienda.
1.- Expediente Personal. Archivo General de Segovia.
2.- José Luis Ollero de la Torre: La Rioja ante la Primera Guerra Carlista (1833-1839), 2 vol. Instituto de Estudios Riojanos, Logroño, 1994 (Vol. 1, p. 38)
3.- Archivo General Militar de Madrid. Sección de Guerras Carlistas. Rollo 5, carpeta núm. 12.
4.- Tenemos copia de su partida de Bautismo, que nos fue remitida por la parroquia de Santo Tomás Apóstol de Haro.
5.- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia.
6.- José Antonio Gallego García: El levantamiento carlista de Castilla la Vieja. Actas. Madrid, 2002 (pp. 36 a 41)

viernes, 29 de octubre de 2010

Don Urbano AGUILAR MORENO

Nació en Peñaranda de Duero (Burgos) el día 16 de mayo de 18001.
Son bastantes e interesantes los documentos que se conservan en su Expediente, aparte de una sucinta Hoja Militar. Existe, por ejemplo:
Concesión, firmada en Madrid, el 2 de agosto de 1823, por el Duque del Infantado como Presidente de la Regencia del Reino, del grado de Subteniente de Infantería por la “bizarra conducta que en Salorino observó el Sargento primero del segundo batallón de Cazadores de la División del mando del Brigadier don Gerónimo Merino, Don Urbano Aguilar”.
Nombramiento, firmado por don Jerónimo Merino, firmado en Ávila el día 15 de agosto de 1823, de Subteniente de la compañía de Cazadores del 2º batallón del regimiento de Infantería <<Cazadores del Rey>>, de nueva creación, por los “méritos y servicios que tiene contraídos en la presente Guerra y por la exactitud que ha manifestado en el cumplimiento de sus deberes” don Urbano Aguilar.
Certificado, firmado el León el día 24 de junio de 1825, por el Coronel de Infantería don Mariano Rodríguez, jefe que fue del regimiento de Infantería <<Cazadores del Rey>>, haciendo constar que el Subteniente de Infantería don Urbano Aguilar se encuentra “usando de licencia ilimitada en Aranda de Duero”.
Pasaporte, firmado en Valladolid el día 20 de febrero de 1825, por el Teniente general don Carlos O’Donnell, a don Urbano Aguilar, Subteniente agregado al regimiento de Infantería de Línea nº 3, para “pasar a Fuentecén provincia de Burgos a fijar su residencia con el goce de todo su sueldo como procedente del Ejército Realista”.
Instancia firmada por él, en Fuentecén el 4 de junio de 1826, en la que se dice Subteniente de Infantería “ilimitado” en dicha población burgalesa, en relación con el reconocimiento de sus empleos, grados y condecoraciones, en la que dice haber remitido ya, en dos ocasiones, una en 1824, por conducto del Coronel del regimiento de Infantería <<Cazadores del Rey>> y otra en 1825, a través del Capitán general de Castilla la Vieja don Carlos o’Donnell, los documentos acreditativos que se le volvían a pedir.
Instancia, también firmada por él, en Berástegui (Guipúzcoa), el día 30 de mayo de 1836, solicitando a don Carlos, “se digne agraciarle con la Escribanía del Real Acuerdo de Vuestra Real Chancillería de Valladolid u otra que sea del Real agrado de V. M.”. Petición que basa en los servicios prestados durante la anterior campaña, refiriéndose lógicamente a la Campaña Realista de 1821-23, que hizo a las órdenes de Merino; en que se alzó en armas por los derechos de Fernando VII, y su sublevación, nuevamente siguiendo a Merino, el día 12 de octubre de 18332, desde Ayllón (Segovia), donde era Escribano, habiendo asistido, desde entonces, a todas las acciones que dirigió el caudillo burgalés, en el ya extinguido por entonces, batallón <<1º de Tiradores de Castilla>> y haber sido herido, el día 3 de junio de 1835, de un balazo en la cadera derecha. Hechos que justifica con certificados del propio Merino.
También está la copia de la Orden de don Carlos, firmada en Oñate (Guipúzcoa) el 23 de enero de 1836, concediéndole al grado de Capitán de Infantería. Una certificación, firmada en Orduña (Vizcaya), el 6 de febrero de 1836, por don Facundo González Juárez, Abogado de los Reales Consejos y de la Real Chancillería de Valladolid y soldado distinguido en el batallón de <<Tiradores de Castilla>>, en la que dice: “Certifico que D. Urbano Aguilar Moreno, Teniente Ayudante con el grado de Capitán del mismo Batallón, es Escribano Real y Numerario de la villa de Ayllón y su Partido, a quien ha visto ejercer sus funciones en la Provincia de Valladolid y la de Burgos…”. Otra, también firmada en Orduña, el 15 de junio de 1836, por don Basilio Ruiz Montejo, Subteniente de Infantería, en el mismo sentido que la anterior…
Muy interesante es la relación que de sus servicios hace, desde Peñaranda de Duero (Burgos) el 1 de mayo de 1851, con objeto de que se confeccionase su Hoja de Servicios. En dicha relación, en la que se dice hijo de Bartolomé, natural de Peñaranda de Duero y de Celestina, de Gumiel de Hizán y que por estar fiada a la memoria, contiene varias inexactitudes en cuanto a fechas, cuenta:
Que empezó a servir, en clase de Soldado, el día 1 de marzo de 1823, a las órdenes de Merino en el regimiento de Infantería <<Cazadores del Rey>>, en el que permaneció hasta el mes de diciembre de ese año, en que fue incorporado al regimiento de Infantería 3º de Línea (como don Saturio Abad), siéndole concedida la licencia “ilimitada” el 22 de febrero de 1824. Había ascendido durante aquella campaña, hasta Subteniente de Infantería (15 de agosto de 1823). Nos dice también que, estuvo junto a Merino, desde su pronunciamiento hasta el día 15 de diciembre de 1835, cuando regreso a las Provincias (Norte), siendo incorporado al batallón de Infantería <<4º de Castilla>>, del que pasó, el 20 de diciembre siguiente, al <<2º de Castilla>>. Por él, también sabemos que, salió con la expedición mandada por don Juan Antonio Zaratiegui (parece claro que no habían hecho caso a su petición de la escribanía), sin aclarar encuadrado en qué batallón y que fue hecho prisionero el día 29 de noviembre de 1837 (él dice por error en 1836), en el hospital de Santo Domingo de Silos (Burgos), desde donde fue conducido al depósito denominado de “San Pablo”, en la ciudad de Burgos, pudiéndose fugar el día 29 de mayo de 1838, reincorporándose a las tropas legitimistas el día 4 de junio, pasando al depósito de Oficiales, en el que permaneció hasta que el día 3 de noviembre, se le dio licencia para pasar a Francia, donde permaneció emigrado hasta el día 10 de julio de 1848.
En cuanto a las acciones de guerra que detalla, aparte de las de la Campaña de 1821-23, podemos destacar aquellas a las que asistió a las órdenes de Merino, durante los años 1834 y 1835: Cilleruelo de Arriba y Tejada (Burgos); San Leonardo (Soria); Quintanar de la Sierra y Hontoria del Pinar (Burgos). Melchor Ferrer3, cuenta que don Jerónimo, a principios de noviembre, estando en una tenada cerca de Santo Domingo de Silos, recibió un par de coces de su caballo, lo que le obligó a guardar reposo y dejar a sus hombres a las órdenes de “El Rojo de Puentedura”4, por lo que suponemos que las siguientes acciones que relata, como la de Plumarejos. Burgos (26 de noviembre de 1835) o Solarana. Burgos (29 de noviembre de 1835), debieron ser bajo su mando. También relata Ferrer5 que, Merino prefirió mandarles al Norte, para evitarles un mal encuentro. Debió ser, claro está, después de las últimas acciones citadas, pero lo cierto es, que los siguientes encuentros a los que asiste don Urbano, ya en el año 1836, fueron efectivamente en el Norte: Los Arcos y Arroniz (Navarra); campos de Arlabán (Guipúzcoa); tomas de Balmaseda, Mercadillo, Plencia y Lequeitio, en Vizcaya; Orduña (Vizcaya), campos de San Sebastián (Gupúzcoa)… y último sitio de Bilbao (Vizcaya). En el año 1837, participara, como dijimos, en la expedición mandada por Zaratiegui, siendo herido en la acción de Retuerta (Burgos).
Desde Burdeos, el 27 de mayo de 1848, solicitó acogerse al Decreto de 17 de abril de 1848, que se publicó, ampliando los beneficios del Convenio de Vergara, a todos aquellos que no se hubieran acogido a los mismos hasta ese momento, titulándose Primer Comandante de Infantería. Entre los numerosos documentos que, como indicábamos obran en su expediente, está también el pasaporte expedido por el Cónsul de España en Bayona, para poder regresar a España, de fecha 16 de junio de 1848.
Ya en España, desde Burgos y con fecha de 1 de julio de 1848, solicitaba la revalidación del empleo de Capitán de Infantería, olvidándose del de Comandante, acompañando documentación justificativa. El día 8 de noviembre de 1850, se le revalidaría el de Teniente Ayudante de Infantería y el grado de Capitán, con antigüedad de la fecha del Decreto de 17 de abril de 1848, negándosele el empleo de Capitán, por considerarse que no lo justificaba suficientemente. De hecho, en los listados facilitados al Ministerio de la Guerra, por las distintas Capitanías y Comandancias generales de los Jefes y Oficiales, procedentes de las filas carlistas que se habían acogido a los beneficios del Decreto de 17 de abril de 1848, solicitando la revalidación de sus empleos, figura don Urbano Aguilar, en el facilitado desde Burgos, el 18 de julio de 1848, como Teniente de Infantería6.
Pasaría, en situación de “reemplazo”, a residir en Peñaranda de Duero, desde donde solicitó el “retiro”, concediéndosele por resolución de 26 de noviembre de 1851, la licencia absoluta. Desde ese momento, ya no existe documento alguno en su Expediente, por lo que nos inclinamos a pensar que debería fallecer en Peñaranda, sin que podamos haber determinado en que fecha.
1.- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia.
2.- Realmente don Jerónimo Merino, dio la orden de levantamiento el día 14, aunque seguramente, estaba en contacto con sus partidarios desde mucho antes.
3.- Ferrer Dalmau, Melchor; Tejera Quesada, Domingo y Accedo Castilla, José F.: Obra citada (Tomo IX, p. 210)
4.- “El Rojo de Puentedura” era el apodo por el que era conocido don Eugenio Barbadillo, sobrino de Merino y hermano de don Gervasio, sobre los que trataremos más adelante.
5.- Ferrer Dalmau, Melchor; Tejera Quesada, Domingo y Accedo Castilla, José F.: Obra citada (Tomo IX, p. 210).
6.- Archivo General Militar de Madrid. Sección Guerras Carlistas. Rollo 5, carpeta 108.

Don Faustino y Don José ACHÚTEGUI OLIVÁN

Hijo de Pedro y Vicenta, nació don Faustino el día 16 de febrero de 1799 en la ciudad de Logroño (La Rioja)1.
Por su Hoja de Servicios sabemos que se enroló en el batallón que se denominó de <<Fernando VII>>, que mandó el Coronel don José Puértolas y que fue uno de los que se organizaron por los Realistas, que fueron reuniéndose al amparo del Ejército de don Luis Antonio de Borbón, duque de Angulema. En él combatió a los liberales en las acciones de Puente de Logroño (18 de mayo de 1823), Rioseras. Burgos (27 de julio de 1823) y en el sitio y toma de Ciudad Rodrigo. Salamanca (durante el mes de septiembre de ese mismo año de 1823).
Acabada aquella contienda, permaneció en el Ejército en el mismo batallón y clase de Sargento 1º que se le había reconocido al incorporarse, hasta que dicha unidad fue refundida, a finales de octubre de 1824, en el regimiento de Infantería del <<Rey>>, en el que prestó servicio hasta finales del mes de marzo de 1833, pasando entonces al de la <<Princesa>>, de guarnición en Leganés (Madrid), en el que estuvo hasta el día 14 de enero de 1834, en que recibió la “licencia absoluta”. Durante este tiempo, participó en la pacificación del Principado de Cataluña, levantado en armas en el 1827, en la que se llamó “Guerra de los Agraviados o Malcontents”, relevando su regimiento a la guarnición francesa que se hallaba en Barcelona y en Madrid, ya en 1833, en el desarme de los Voluntarios Realistas. Con fecha de 30 de octubre de 1830, había obtenido el grado de Subteniente de Infantería.
Consta en su Hoja de Servicios, que se incorporó a las filas carlistas el día 28 de marzo de 1834. Lamentablemente nada dice de su actuación al servicio de don Carlos. Solamente, queda constancia de haber sido reconocido, al tiempo de su incorporación a sus filas, como Subteniente de Infantería, siendo ascendido a Teniente con fecha 28 de mayo de ese mismo año de 1834, obteniendo el grado de Capitán el día 11 de enero de 1835 y el empleo de Capitán efectivo el 19 de marzo de 1836. No consta cuando obtuvo el empleo de 2º Comandante de Infantería con grado de Teniente coronel que, sin embargo, le fueron reconocidos con fecha del Convenio de Vergara, 31 de agosto de 1839, al que se acogió.
Figuraba en esta fecha, como tal 2º Comandante de Infantería, en el listado facilitado por don Rafael Maroto de la División de Castilla del Ejército Real del Norte2 y en la “Relación de Jefes y Oficiales procedentes del Convenio de Vergara revalidados en sus empleos”3.
Fue destinado al Depósito de oficiales que se estableció en la ciudad de Burgos, desde el que, con fecha 10 de marzo de 1840, solicitó la revalidación de su empleos y grado y en el que permaneció hasta que, a finales del mes de octubre de 1842, cuando se le revalidaron empleo y grado, pasó al regimiento de Infantería de la <<Princesa>>, en el que ya había prestado servicio, pero en calidad de “supernumerario”. A finales del mes de abril del año 1843, se le dio “licencia ilimitada”, situación en la que permaneció hasta finales de septiembre de ese mismo año, que pasó a la situación de “reemplazo”, pasando nuevamente a residir en los diferentes depósitos establecidos en Castilla la Vieja, el último, el de Medina de Rioseco (Valladolid), al que se integró el día 31 de julio de 1848 y en el que permaneció hasta su incorporación, el día 1 de noviembre de ese mismo año, al regimiento de Infantería <<Sevilla>> núm. 33. Regimiento en el que prestó servicio hasta finales del mes de junio de 1849, cuando, tras ascender al empleo de 1er Comandante de Infantería, con el grado de Teniente coronel (25 de mayo de 1849), fue destinado al regimiento de Infantería <<Gerona>> núm. 22, que tenía su cuartel en la ciudad de Vitoria.
Ése sería su último destino, pues, a petición de su Coronel, el Director General de Infantería, con fecha 13 de julio de 1850, dictaminaba su separación del servicio, a la espera de su “retiro”, que le fue dado con fecha 17 de julio. Parece ser que el motivo de esta decisión fue su indisciplina, pues consta en su Hoja, haber sido “reconvenido” hasta en cuatro ocasiones. Concretamente, con fecha 6 de Abril de 1849, se anota: “Sufrió una reconvención del Comandante Jefe accidental del Regimiento por ser repetidas sus faltas a las órdenes y en este día produjo consecuencias para retrasarse el servicio”. Con igual fecha, “Se le reconvino de oficio por el Comandante Jefe accidental del Regimiento por faltar a la remisión de los documentos que debían darse a la Superioridad”. Con fecha 24 de mayo de 1850, “Sufrió 24 horas de arresto en su casa que le impuso el Sr. Brigadier Comandante del Regimiento a consecuencia de haber tolerado conversaciones que hacían poco favor a la reputación del Cuerpo y manifestado debilidad en no castigar al que las profirió” y con la misma fecha anterior, “Ha sido reconvenido seriamente por el Jefe del Cuerpo, por su propensión a contraer deudas”. Lógicamente no podemos saber hasta qué punto eran ciertas estas consideraciones o hasta dónde podían estar determinadas por una posible animadversión, fruto de su pasado carlista, pero si podemos completarlas con las “Notas de Concepto”, que las acompañan, en las que consta, Valor: “Acreditado”; Aplicación: “Mucha”; Capacidad: “Regular”; Conducta: “Mediana”; Salud: “Delicada” y Estado: “Casado”, y de “Instrucción”, “Mediana” en Táctica y “Buena” en Ordenanza, Detall, Contabilidad y Procedimientos.
No mucha mayor información, nos permite conocer el resto de documentos existentes en su Expediente Personal. Por ellos sabemos, que intentó que se le computase su tiempo de servicio desde el día 20 de abril de 1821, en la que aseguraba haberse pronunciado por don Fernando VII, fecha que explicaría porque en el mes de enero de 1823, que figura como de su incorporación, se le concedió directamente el empleo de Sargento 1º, aunque lo cierto es, que nunca se le llegaría a reconocer ese tiempo de ejercicio. También, que desde Pinilla-Trasmonte (Burgos), el día 11 de octubre de 1850, solicitaba su vuelta al servicio activo, petición que le fue denegada y en la que insistió el día 30 de octubre de 1853, con igual resultado y no consta que volviese a reiterar. Se justifica igualmente, que había sido herido en el brazo izquierdo durante la Guerra de los Siete Años y que se encontraba condecorado con la Cruz de Plata de la Real y Militar Orden de San Fernando, concedida el 15 de noviembre de 1826, por su actuación en el Puente de Logroño; con la Cruz de Fidelidad Militar, concedida el 16 de marzo de 1826, por su participación en la Campaña de 1821-23 y con la Cruz de San Hermenegildo, concedida el 4 de abril de 1849, por su antigüedad en el Ejército.
No consta en su Expediente cuándo y dónde falleció, por lo que, siendo lo más probable que fuese en Pinilla-Trasmonte, localidad burgalesa situada a orillas del río Esgueva, donde parece ser que se había establecido, consultamos los Libros de Finados de dicha población, pudiendo comprobar que efectivamente, había fallecido allí el día 28 de julio de 1855, de cólera-morbo, dejando como heredera a su viuda doña Juana Fornelos Alonso4.
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De don José, sabemos que nació en Logroño (La Rioja), en el año 1807.
Al contrario que de su hermano, se conserva su Hoja de Servicios en el Ejército Carlista, concretamente en el escuadrón de <<Lanceros de Álava>>5. Por ella, aunque lamentablemente no da ni un solo dato sobre otras personas, ni anécdota alguna de su protagonista, pues se limita a una estricta relación empleos, destinos y acciones, conocemos que se alistó como voluntario de Caballería, en las filas realistas, el día 4 de noviembre de 1822 y que en aquella Campaña de 1821-23, combatió en El Carrascal. Navarra (4 de diciembre de 1822) y en Peñacerrada. Álava (15 de enero de 1823), alistado en el 4º escuadrón de Navarra y en los campos de Salvatierra. Álava (18 de marzo de 1823); en Logroño. La Rioja (5 de abril de 1823) y en las peñas de Trujillo. Cáceres (8 de septiembre de 1823), en las filas del 1º de Álava. Terminada aquella contienda, con fecha 1 de junio de 1824, se le dio “licencia absoluta”.
El día 1 de agosto de 1824, se alistaba en el Cuerpo de Voluntarios Realistas de su ciudad natal, donde se le concedió el empleo de Cabo 1º de Caballería y en el que ascendió a Sargento 2º (14 de marzo de 1826) y Sargento 1º (7 de octubre de 1833) de ese mismo Cuerpo y Arma. En aquella fecha, 7 de octubre de 1833, se producía el pronunciamiento de los Voluntarios Realistas de Logroño a favor de don Carlos María Isidro de Borbón, catalizado por la presencia en La Rioja de don Santos Ladrón de Cegama y la actividad de don Basilio Antonio García, por lo que podemos entender que, su último ascenso lo fue por su adhesión al pronunciamiento.
En cualquier caso, sería uno de los voluntarios que saldría de la capital riojana a las órdenes de don Santos Ladrón de Cegama y que junto a él, combatiría en la desgraciada acción de Los Arcos. Navarra (11 de octubre de 1833). Tras regresar a Logroño, combatiría luego a las de don Basilio Antonio García, en el también poco afortunado choque que se dio en el puente de Logroño (26 de octubre de 1833). Se uniría luego a don Jerónimo Merino y estaría en la jornada de Villafranca de Montes de Oca (13 de noviembre de 1833), que supondría la dispersión de los carlistas castellanos6. Tras aquella desbandada, don José se uniría a los alaveses, combatiendo, todavía durante el año 1833, concretamente el día 20 de noviembre, en los campos de Peñacerrada (Álava), intentado oponerse al avance del ejército de don Pedro Sarsfield hacia Vitoria.
Formando parte de la caballería alavesa, que se distinguiría notablemente, combatió a las órdenes de don Tomás de Zumalacárregui en la acción de Nazar y Asarta (valle de la Berrueza. Navarra) el 29 de diciembre de 1833. Más de 50 acciones de guerra registra, a partir de ésta, su Hoja de Servicios7:
Año 1834: Murguia. Álava (6 de enero); campos de Maestu. Álava (16 de enero); Aramayona. Álava (18 de febrero); Zudaire. Navarra (20 de febrero); Narvaja. Álava (3 de marzo); Vitoria y derrota de los Celadores de Álava en los campos de Gamarra Mayor. Álava (16 de marzo); Bernedo. Álava (18 de marzo); Araya. Álava (1 de abril); Alsasua. Navarra (14 de abril); Gulina. Navarra (22 de abril), venta de Echévarri. Vizcaya (4 de mayo); Lecumberri. Navarra (15 de mayo); Zudaire. Navarra (19 de mayo); Peñas de San Fausto. Navarra (24 de mayo); Araya. Álava (11 de junio); campos de Elguea. Álava (24 de junio); Betelu. Navarra (2 de julio); Zabalza. Navarra (24 de julio); Viana. Navarra (8 de agosto); Abárzuza. Navarra (26 de septiembre); llanada de Vitoria. Álava (27 y 28 de octubre); campos de Sesma. Navarra (5 de noviembre); caserna de Peralta y toma de Villafranca. Navarra (9 de noviembre), y Mendaza o Arquijas. Navarra (12, 15 y 16 de diciembre de 1834). Año 1835: Puente de Arquijas. Navarra (5 de febrero); Los Arcos. Navarra (2 de septiembre) y bloqueo de Vitoria. Álava (12 al 22 de octubre). Año 1836: Campos de Guevara. Álava (2 de enero); puerto de Arlabán. Guipúzcoa (16 y 17 de enero); campos de Urrinaga. Álava (15 de abril); campos de Salvatierra hasta Villarreal de Álava (Pascuas de mayo). Año 1837: Puente de Lerín. Navarra (11 de julio). Año 1838: Último que se recoge en su Hoja de Servicios, figurando en él, Mena. Burgos (11 de enero); pérdida del fuerte de Peñacerrada. Álava (19 y 22 de junio) y Villodas. Álava (10 de agosto).
Aunque tal vez, para nosotros, lo más interesante es destacar que, participaría en la expedición a Castilla que dirigiría el General don Juan Antonio Zaratiegui, formando parte del escuadrón de Oficiales o de la <<Legitimidad>>, que mandaba el Brigadier don Francisco Ortigosa, pues había ascendido a Alférez de Caballería con grado de Teniente, el día 25 de enero de 1836. Salió con la expedición mandada por Zaratiegui, el día 19 de julio de 1837, de Galvarín (Álava), para regresar el 25 de octubre de se mismo año, por Ventades (Álava), formando parte don José, de la Caballería que acompañó a don Carlos a su regreso al Norte.
Durante la expedición, tanto a las órdenes de Zaratiegui, como tras que éste se uniese a la Real que encabezaba don Carlos, estuvo en casi todas las acciones de guerra que se dieron, según su Hoja de Servicios:
Zambrana. Álava (23 de julio), Segovia (30 de julio), campos de Las Rozas. Madrid (8 de agosto), Villacastín. Segovia (11 de agosto), campos de Santo Domingo de Silos. Burgos (16 de agosto), Palacios de la Sierra. Burgos (19 de agosto), toma de Salas de los Infantes. Burgos (22 de agosto), El Burgo de Osma. Soria (28 de agosto), Valladolid (8 de septiembre), Aranda de Duero. Burgos (11 de septiembre), Retuerta. Burgos (16 de septiembre) y Huerta del Rey. Burgos (20 de septiembre)8.
Después de la expedición Zaratiegui, estuvo encuadrado en el 4º regimiento de Caballería y en el escuadrón de <<Lanceros de Arlabán>>.
Tras acogerse al Convenio de Vergara, estuvo destinado en clase de “supernumerario” en el regimiento de Caballería <<Albuera>>, 5º de ligeros, en el que, con fecha 28 de abril de 1841, se le revalidó el empleo de Alférez de Caballería y grado de Teniente, con antigüedad del Convenio de Vergara, 31 de agosto de 1839. El 1 de septiembre de 1843, pasó al regimiento de Caballería de la <<Reina>>, siendo propuesto, con fecha 30 de marzo de 1844, para su “licencia absoluta”, pasando a residir en Logroño.
En la capital riojana, falleció el día 24 de marzo de 1866.
1.- Expediente Militar. Archivo General Militar de Segovia. En el caso en que no reseñemos lo contrario, todos los datos de filiación que damos, constan expresamente en la documentación encontrada en su Expediente.
2.- Archivo General Militar de Madrid. Guerras Carlistas. Rollo núm. 5, carpeta 17.
3.- Archivo General Militar de Madrid. Guerras Carlistas. Rollo núm. 5, carpeta 45.
4.-Archivo Diocesano de Burgos. Libro de Finados de Pinilla-Trasmonte nº 5 (1852-1880), partida nº 112, pág. 29. Curiosamente se hace constar en su partida que era Primer Comandante retirado.
5.- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia.
6.- Ver al respecto, nuestro trabajo El Levantamiento carlista de Castilla la Vieja. Actas. Madrid, 2002.
7.- Esta Hoja, parece haber sido redactada con ocasión del Convenio de Vergara y fiándose de la memoria de don José, que enumera muchas de las acciones a las que existió, aunque a nuestro entender se equivoca en muchas de sus fechas, que nosotros, sin embargo, hemos respetado. De hecho al hablar del año 1838, último de dicha Hoja de Servicios, se lee: “… y varias acciones que el interesado no tiene presentes”.
8.- Sobre la expedición de don Juan Antonio Zaratiegui conviene estudiar, además de la Historia del Tradicionalismo Español de Melchor Ferrer, ya citada, a partir del Tomo XIII; Auge y ocaso de Don Carlos. La Expedición Real. Arca de la Alianza Cultural. Madrid, 1986, de Alfonso Bullón de Mendoza y Gómez de Valugera; Un episodio de la Guerra Civil en el Ejército de Carlos V. Imprenta de Adriano Moessard y Jousset. París, 1840; 4 de Agosto de 1837. Zaratiegui en Segovia. Gráficas CEYDE, Segovia, 1978, de Alfonso Ceballos-Escalera y “Zaratiegui” en Galería Militar Contemporánea. Sociedad Tipográfica de Hortelano y Compañía. Madrid, 1846 de Eduardo Chao, Pedro Chamarro y José Gómez Colón.

martes, 26 de octubre de 2010

Don Saturio ABAD Y ORDÓÑEZ

Nació en Villalmanzo (Burgos), partido judicial de Lerma, en el año 17941.
Por su Hoja de Servicios, sabemos que empezó a servir como soldado el día 8 de septiembre de 1809, es decir, cuando debía contar con unos quince años de edad. También sabemos que su primer destino fue el escuadrón <<Húsares de Burgos>>, formado por el sacerdote y caudillo indiscutible en aquellas tierras, don Jerónimo Merino y Cob, uno de nuestros principales protagonistas. Dice su Hoja de Servicios que en la lucha “contra los franceses se halló en todas las acciones que su Cuerpo”. Acciones que no constan en dicha Hoja, pero sí, en la de Merino2, de la que nos limitaremos a reseñar algunas, tal y como aparecen en la de don Jerónimo, a partir del mes de septiembre de 18093:
En 7 de Noviembre en Quintana del Puente ataqué el convoy que conducía la correspondencia para el ejército con el fruto de acuchillar y matar más de 70 hombres.= En 12 del mismo ataqué en la Calzada, frente de Pampliega una numerosa escolta que conducía porción de carros. Sostuve el fuego y acuchillada por cuatro horas con ventajas hasta que las guarniciones de Villadiego y Celada vinieron al socorro y tuve que retirarme.= (1810) En 22 de Enero ataqué en Puentedura a duplicadas fuerzas que iban a la exacción de contribuciones que impedí haciéndoles retirar a Lerma con la pérdida de 40 hombres.= En 19 de Febrero ataqué en Torralba al refuerzo que iba a la guarnición de Soria compuesta de españoles y franceses, con la gloria de aprisionar y matar en la lid a todos, por una feliz sorpresa sin pérdida alguna.= En 21 del mismo ataqué en Villaciervos a la guarnición de Soria que venía en busca del refuerzo anterior aprisionado y muerto, que hice replegar a su fuerte con la pérdida de más de 100 hombres.= En 29 de Marzo ataqué en la Calzada a inmediaciones de Estepar una escolta numerosa que acompañaba la correspondencia, con la gloria de acuchillar y matar porción de hombres y coger 40 caballos de los Húsares nº 10.= En 3 de Abril tuve noticia que por el camino privado y casi intransitable de Burgos a Soria por Hontoria del Pinar se despachaban unos 100 gendarmes de la Guardia con una correspondencia, acudí a su encuentro y lo verifiqué en la cuesta y calles del mismo Hontoria con la felicidad por si obstinada resistencia de matar a todos.= En 7 del mismo ataqué en Quintanar de la Sierra a la columna que iba a exigir contribuciones, con la feliz suerte de que de los 300 hombres que se componía sólo volvieron a su guarnición unos treinta.= en 30 de Mayo ataqué en Quintana del Puente la escolta que conducía el correo y tuve la gloria de matar y aprisionar toda ella compuesta de 280 hombres de Infantería. = En 3 de Junio ataqué en la venta de Guimerá la guarnición que venía de Lerma a Aranda, que hice cerrar en el castillo de Bahabón con la pérdida de más de 100 hombres muertos”. Acciones similares se suceden hasta 1813, pero entendemos, que las reseñadas son suficientes para dibujar claramente el tipo de guerra que entonces hacían Merino y sus hombres.
El caso es que don Saturio, en la francesada, ascendió a Cabo 1º distinguido de Caballería, con antigüedad de 14 de enero de 1814. Pasó luego, ya finalizada la contienda, a ser encuadrado en el 2º batallón de Infantería Ligera <<Tiradores de Cantabria>>, en el que sería reconocido como Cadete de Infantería, a la que vez que se le daba el “retiro”, con fecha 1 de agosto de 1814. Apenas diez meses después, volvió al servicio activo, ahora en el regimiento Provincial de <<Segovia>>, en el que entraría a servir el día 3 de junio de 1815, ascendiendo a Cabo 2º, el 4 de mayo de 1822. El día 18 de septiembre de ese mismo año, volvía a unirse a Merino, ahora, en el regimiento de Caballería <<Húsares del Rey>>, del que luego pasaría al de Infantería <<Cazadores del Rey>>, también organizado por don Jerónimo Merino, ahora para combatir al Gobierno constitucional.
En instancia, fechada en la ciudad de Santander el 26 de enero de 1825, solicitando se le expidiese el Real Despacho de Teniente de Caballería, empleo que le había conferido Merino, dice, tras hablar de las privaciones y fatigas pasadas: “… todo lo tengo por muy bien padecido cuando veo que V. M. ocupa el solio de sus mayores, habiendo derrocado la infame y pérfida traición, sostenida con la llamada Constitución, por hombres que olvidados lo que deben a su Rey y Patria se complacían con algazaras (en) destruir el edificio social, afianzado desde los tiempos más remotos por la Religión y el Trono…”4, señalando a continuación en su relato que, cuando se unió al cura de Villoviado, tan sólo eran cinco hombres.
De esta última campaña, sí que están enumeradas en su Hoja de Servicios, las acciones a las que asistió: Carazo de la Sierra. Burgos (29 de septiembre de 1822); Puentedura. Burgos (18 de octubre de 1822); Roa. Burgos (30 de octubre de 1822); Aranda de Duero. Burgos (18 de noviembre de 1822); Lerma. Burgos (18 de marzo de 1823); Abejar. Soria (28 de marzo de 1823); Rabé de los Escuderos. Burgos (9 de mayo de 1823); Moraleja. Cáceres (9 de junio de 1823) y Salorino. Cáceres (21 de junio de 1823).
Ascendería a Sargento 2º, con fecha 8 de octubre de 1822, y ya en el regimiento <<Cazadores del Rey>>, a Sargento 1º, con antigüedad de 1 de noviembre de 1822, y tras la instancia reseñada, encontrándose agregado, desde el 1 de noviembre de 1824, al regimiento de Infantería de Línea nº 3, se le reconocería como Teniente de Infantería con antigüedad de 18 de marzo de 1823, la misma que le había concedido Merino, conservándose copia de dicho documento en su Expediente, en el que se le propone para mandar el 2º batallón de los <<Cazadores del Rey>>. En el año 1828, se le daría licencia “ilimitada”, entendiendo, aunque no consta en su Expediente, que a continuación sería considerado, pues era lo habitual, como “disperso”5 y residencia en su pueblo, tras ser reclasificado como Subteniente efectivo, graduado de Teniente de Infantería.
No existe constancia documental, de cuándo se unió a Merino al inició de la 1ª Guerra Carlista, pero nos hemos permitido suponer, dado que era uno de los oficiales que ya había servido a sus órdenes durante dos campañas y ambos residían en pueblos inmediatos, que sería uno de los primeros en seguirle y por tanto estaría en la dispersión de Villafranca de Montes de Oca (Burgos) el día 13 de noviembre de 1833, aunque no podríamos aventurarnos a decir que fue uno de los que le siguió a Portugal.
En el tomo VII de la Historia del Tradicionalismo Español, Melchor Ferrer, dice, refiriéndose al año 1835: “Entre los combates que se libran en el mes de Abril, citaremos el ocurrido el 14 en La Hinojosa (Soria), por una columna cristina mandada por Albuin (don Saturnino), el cual después de pasar por Acinas, Pinilla de los Barruecos, La Gallega, Rabanera del Pinar y Cabezón de la Sierra, pueblos de la provincia de Burgos, penetró en los bosques de pinares en la de Soria, pasando por Espejón y combatiendo en el ya citado La Hinojosa. Le opuso resistencia una pequeña partida carlista, mandada por Don Saturio Abad, quien murió en la acción, así como un oficial carlista llamado Don Santiago Gete6.
Algo difiere el parte que se publicó en la Gaceta de Madrid, que dice: “El general en jefe del ejército de reserva, con fecha 19 del actual remite a este ministerio un parte del brigadier D. Manuel Obregón, del cual resulta que el brigadier Albuin, con noticia de que una partida de facciosos se ocupaba en extraer mozos de varios pueblos, dispuso salir en la noche del 14 desde Salas de los Infantes en su persecución, dirigiéndose por Acinas y Pinillas de los Barruecos a la Gallega, internándose después en los pinares de la aldea Rabaneda y Cabezón, y saliendo a Espejón y la Hinojosa, en donde los encontró, atacó y batió, dejando varios muertos en el campo, entre ellos el cabecilla Saturio Abad y un supuesto oficial llamado Santiago Gete, dos caballos, cuatro fusiles, siete escopetas, dos trabucos, un sable, dos bayonetas, varios efectos de vestuario, porción de papeles pertenecientes a la comisión del citado cabecilla y 76 prisioneros, aunque muchos de ellos son de los mozos últimamente sacados7.
Como curiosidad, sabemos que, en el Libro 3º de Difuntos (1723-1851), Folio 105 vuelto, Rº. 234/3 de La Hinojosa-Espeja de San Marcelino, se lee: “En 14 de abril de 1835 di sepultura a dos cadáveres que fueron muertos en los campos de este Pueblo de la Ynojosa por la columna del Sr. Brigadier D. Saturnino Albuin cuyos nombres, apellidos y naturaleza ignoro; y otro fue pasado por las armas después de haber recibido el Santo Sacramento de la Penitencia, declaró que se llamaba Bernardo U. Martín, natural de Bilbiestre de la Sierra, pertenecientes los tres a la columna de D. Jerónimo Merino; fueron sepultados en el Campo Santo por mandato del dicho Sr. Brigadier, y para que conste lo firmó.= Fray Francisco Inciarte”. No cabe dudad de que aquellos dos cadáveres eran los de don Saturio Abad y don Santiago Gete.
1 .- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia. En su Hoja de Servicios, no se aclara ni la población de nacimiento, puesto que tan solo se dice, su país: Castilla la Vieja, ni su segundo apellido y en cuanto a su edad, solamente se indica que tenía treinta años, cuando se dio por finalizada dicha Hoja, diciembre de 1824, lo que le situaba en 1794. Nuestras investigaciones nos permitieron establecer su nacimiento en el pueblo de Villalmanzo y suponer que su segundo apellido era Ordóñez. Como siempre, en estos casos, tratamos de confirmar estos datos, acudiendo en esta ocasión, al Archivo Diocesano de Burgos, donde se custodian los Libros Parroquiales de casi todos los municipios de la provincia burgalesa, encontrándonos en los correspondientes a Villalmanzo, con una nota en su ficha, en la que se señalaba la destrucción, en gran parte, de sus archivos durante la Guerra de la Independencia. No obstante, en la reconstrucción parcial que se hizo años después de su Libro de Bautizados, pudimos comprobar la existencia de varias personas, coetáneas a don Saturio, que muy bien pudieran haber sido hermanos o primos de él, puesto que todas llevaban los apellidos “Abad Ordóñez”, pero hijos de dos matrimonios distintos, los de Tomás y Rita y Francisco y Manuela.

2 .- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia.

3 .- Aunque no consta, como es lógico, en el relato existente en la Hoja de Servicios de Merino, la participación de don Saturio, sí sabemos, que en las sorpresas que efectuaba, utilizaba básicamente su Caballería, por lo que es muy probable que en la mayoría de ellas, participase nuestro primer protagonista.

4 .- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia.

5 .- Aprovecharemos para intentar definir algunos conceptos respecto de diversas situaciones administrativas, que afectaron fundamentalmente a jefes y oficiales realistas, tras la Campaña Realista de 1821-23 o Guerra de la Constitución y carlistas, tras la 1ª Guerra Carlista o Guerra de los Siete Años, ajustándonos a su significado en aquellos momentos. Reemplazo: Era la situación del jefe u oficial que no prestaba servicio activo en su Arma o Cuerpo, aunque tenían opción a las vacantes que se produjesen, disfrutando tan sólo de los cuatro quintos del sueldo del que se encontraba en activo con su mismo empleo y graduación. Ilimitado: Se aplicó a los jefes y oficiales que quedaban en situación de reemplazo, sobre todo tras la Campaña Realista de 1821-23. Supernumerario: Situación en la que se permitía u obligaba al que el jefe u oficial, se dedicase a asuntos particulares, con lo cual no recibía sueldo alguno, aunque se le señalaba lugar de residencia de acuerdo con el lugar de acuartelamiento que tenía el Cuerpo en el que se encontraba encuadrado. Disperso: se aplicaba al que en situación de Reemplazo (o disperso), supernumerario, se le autorizaba a residir lejos del lugar de asentamiento del Cuerpo al que se encontraba asignado, normalmente escogido por el interesado y la mayoría de las veces su ciudad natal o en el que se encontraba avencidada su familia.

6 .- Ferrer Dalmau, Melchor; Tejera Quesada, Domingo y Accedo Castilla, José F.: Historia del Tradicionalismo Español. Colecciones Trajano, Sevilla, 1945 (Tomo VII, p. 220).

7 .- Gaceta de Madrid núm. 13 de 23 de abril de 1835.