Introducción


“Entró en fuego el batallón carlista de Arlanzón (2º de Castilla), resistiendo a pecho descubierto, y conociendo Velasco (Gerardo Martínez de Velasco) que empezaban a escasear las municiones, le reforzó con el batallón del Cid (1º de Castilla), que subió a la carrera, desplegó una guerrilla por su izquierda y ayudó a los de Arlanzón a sostener la posición. Solos aquellos dos batallones, que apenas contaban cada uno 400 plazas, sin esperanza de refuerzo y al descubierto, hicieron tan heroica resistencia que fue la admiración de todos. Allí mostraron una vez más aquellos bravos castellanos, que siendo los más desatendidos eran los más valientes”.
(Antonio Pirala Criado: Historia Contemporánea. Anales desde 1843 hasta la conclusión de la última Guerra Civil. Acción del paso de Muñécaz o de las Muñecas, Vizcaya, 28 de abril de 1874)

Juicios parecidos, podemos encontrar en muchos de los autores que han estudiado el Carlismo, pero he entendido que debía reseñar el de un autor decididamente liberal, como lo era Pirala, aunque su reconocimiento hacía los castellanos, no esté exento de mala intención respecto del Carlismo en general. El caso es que, hace ya muchos años, se despertó en mí la pasión por la Historia de España y el paso del tiempo fue decantando mi interés hacia el Carlismo y dentro de su ya casi bicentanaria andadura, mi trabajo se iría centrando paulatinamente en el Carlismo castellano. Mi atracción se basaba en dos aspectos: primero, el intento de que mis esfuerzos pudieran contribuir a dar al Carlismo su verdadera dimensión, alejándolo de esa malévola o ignorante visión que lo reduce a algo pretérito y propio de vascongados o navarros, tan sólo comprometidos con una determinada bandería dinástica, y segundo, mi doble afinidad sentimental con él, por origen y carácter, además de entender que en ellos se encontraba representado el Carlismo más sacrificado y sincero.
En mi trabajo, El levantamiento carlista de Castilla la Vieja, intenté demostrar su importancia, cuantificando, en la medida de lo posible, ese primer movimiento castellano, no sólo a favor de los derechos de don Carlos María Isidro, sino también en los principios que representaba, pero haciendo también hincapié en los protagonistas, pues ponerles nombre y apellidos, ha sido otra de mis preocupaciones desde que me atreví a escribir sobre la Historia de España. Fruto de ese interés, fue el apéndice que acompañaba aquel trabajo, en el que incluía unas decenas de breves notas biográficas, sobre algunos de los actores de aquel movimiento en Castilla la Vieja.
Desde entonces, siempre tuve intención de completar aquel, podríamos decir, mini catálogo de carlistas castellanos, ampliándolo todo lo que me fuese posible y abarcando toda la historia del Carlismo. Son miles los nombres de carlistas que constan, tanto en libros como en archivos, pero no era fácil determinar, excepto claro está, aquellas pocas decenas que habían alcanzado más notoriedad, quiénes de aquellos hombres habían nacido en tierras de Castilla. Decidí por ello y con intención de hacer más asequible mi empeño, acotar el trabajo a los combatientes, eso sí, desde la Primera Guerra decimonónica hasta la que asoló España de 1936 a 1939. Reuní más de dos mil nombres, que por zona de actuación o por las unidades en las que estuvieron destinados, evidenciaban su origen castellano. Lamentablemente una cosa era confeccionar esa lista y otra muy distinta, encontrar los datos suficientes sobre ellos, como para poder dedicarles es mínimo de páginas que su esfuerzo merecía. Así, la lista ha quedado reducida finalmente a solo unos cientos. Estoy seguro, sin embargo, que son ejemplo suficiente de todos aquellos otros a los que la Historia, nunca podrá hacerles justicia.
Y para que las dificultades editoriales previsibles, no entierren nuevamente a la mayoría de los que he conseguido recuperar, he decidió crear esta página para asegurar así su pervivencia a los ojos de todos aquellos que curiosos de nuestro pasado quieran acercarse a ella.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Don Pascual ANTÓN PIÉROLA

Hijo de Miguel y Jerónima, nació en León el día 17 de mayo de 18011.
En su Hoja de Servicios, se certifica que entró a servir en el Ejército en la clase de Cadete en el regimiento de Infantería <<Inmemorial del Rey>> el día 27 de julio de 1817, por solicitud de su padre don Miguel, zamorano y Teniente coronel, graduado de Coronel, destinado en la Plana Mayor de Valladolid. En dicho regimiento sirvió don Pascual, hasta finales del mes de febrero de 1821, pasando a continuación destinado al de <<Granada>> en el que estuvo hasta el día 6 de abril de 1823.
En esa fecha, se fugó para dirigirse a Burgos, en donde se presentó el 12 de abril, para unirse a las filas realistas que combatían contra las tropas constitucionales, primero encuadrado como Subteniente en el batallón de <<Fernando VII>>, en el que ya estuvo don Faustino Achútegui y en el que prestó servicio hasta 15 de mayo, cuando fue destinado a la compañía <<Guías del General O’Donnell>> en el que permaneció hasta finales de septiembre de ese año de 1823. Combatió en la acción de Bocacara. Salamanca (27 de junio de 1823), que le valió un Escudo de Distinción y en el bloqueo y rendición de Ciudad-Rodrigo.
Pasó luego al batallón ligero de la <<Reina Amalia>>, en el que estuvo destinado hasta finales de octubre de 1824, habiendo sido reconocido como Subteniente de Infantería, con antigüedad de 9 de agosto de 1824, por Real Orden de 18 de abril de 1826, en la que también se le concedía el Escudo de la Fidelidad Militar. Con dicho empleo, el 1 de noviembre de 1824, pasó al regimiento de Infantería del <<Príncipe>> 3º de Línea, en el que se encontraba a principios del año 1833, cuando con fecha 4 de enero, solicitó “destino fijo en las dependencias de la Real Hacienda militar, proporcionado a su clase, para poder atender a su subsistencia y a la de sus ancianos padres”. Sabemos que el informe que acompañaba a su solicitud era favorable, pero sin que tengamos constancia de si se llegó a acceder a su demanda.
No tenemos constancia de cuando se unió a don Carlos, pero figura como Capitán de Infantería, Teniente coronel graduado en la “Relación” de jefes y oficiales revalidados tras el Convenio de Vergara2. Para dicha revalidación, obtenida el 4 de septiembre de 1841, con antigüedad de la fecha del Convenio, presentó despachos de Capitán de Infantería y grado de Teniente coronel, con antigüedad de 24 de enero de 1837. En su instancia, de fecha 24 de abril de 1840, aparece una “nota” de 8 de mayo de ese año, de que se le considera acreedor a dicha revalidación. Dicen los citados Despachos, firmados por don Carlos en Elorrio (Vizcaya), el 18 de octubre de 1838, tras los títulos del firmante:
POR CUANTO en consideración a los meritos y servicios de Vos Don Pascual Antón, Teniente del Batallón de Guías de Burgos, he venido en nombraros Capitán de Infantería con antigüedad de veinticuatro de Enero del año próximo pasado, como comprendido en Mis Soberanas Resoluciones de veinticinco del expresado mes de Enero y catorce de Octubre del citado año” y
POR CUANTO en consideración a los méritos y servicios de Vos Don Pascual Antón, Capitán de Infantería he venido en concederos grado de Teniente Coronel en la misma Arma con antigüedad de veinticuatro de Enero del año próximo pasado como comprendido en Mis Soberanas Resoluciones de veinticinco del expresado mes de Enero y catorce de Octubre del citado año”.
También consta en su Expediente una “nota”, fechada en Estella (Navarra), el día 28 de enero de 1840, en la que se consigna que don Pascual entró herido, el día 5 de agosto de 1839 en el hospital de Irache (Navarra), a la que se acompaña un escrito firmado en Pamplona, el 3 de febrero de 1840, por el Mariscal de campo don José Antonio Goñi, en el que se lee:
Certifico que el Teniente Coronel Don Pascual Antón Capitán del Batallón 1º de Cantabria del disuelto Ejército Vasco-navarro ha permanecido en el Hospital Militar de Irache y en el de Estella curándose de sus heridas desde antes del Convenio de Vergara hasta últimos de Enero del corriente año; y no habiendo presentado oportunamente los correspondientes documentos para obtener la revalidación de sus empleos por ignorar la orden que al efecto se comunicó según relación del mismo, no fue incluido en las relaciones de SS. Jefes y oficiales de dicha procedencia que formé y remití al Excmo. Sr. Teniente General D. Rafael Maroto con el objeto indicado. Y para que así lo pueda hacer constar el interesado doy la presente a su instancia en la Plaza de Pamplona a tres de Febrero de mil ochocientos cuarenta”.
Sabemos pues que había sido Teniente del batallón de <<Guías de Burgos>> y luego Capitán del batallón de Infantería <<1º de Cantabria>>.
Estas informaciones son las que nos permiten aventurar que, debió prestar servicio, prácticamente desde su incorporación, en la División de Castilla y que posiblemente participó, y más probablemente aún que se unió a la expedición dirigida por don Juan Antonio Zaratiegui, tal vez, desde Valladolid. También que, además de otras acciones en el Norte, debió participar en la batalla de Ramales y pérdida del fuerte de Guadarmino (Cantabria), acciones que se desarrollaron durante los meses de abril y mayo del año 1839 y que marcan el principio del final de la guerra3, y seguramente en los últimos enfrentamientos de la guerra en el Norte, probablemente en Navarra, en las que resultaría herido.
Es minuciosa su Hoja de Servicios, en cuanto su historial posterior. Sabemos por ella que, salió del hospital de Estella el día 27 de enero de 1840, pasando a la plaza de Pamplona, donde se le dio pasaporte para pasar a Madrid, lo que hizo el día 2 de febrero, siendo destinado allí, con fecha 1 de junio y en calidad de “supernumerario” al tercer batallón del regimiento de Infantería de la <<Reina>>, 2º de Línea. Se encontraba en ese destino, cuando en instancia fechada en Lucena del Cid (Castellón) el 29 de diciembre de 1840, solicitó pasar a prestar servicio en las Islas Filipinas, petición que, con fecha 29 de marzo de 1841, le fue denegada.
Poco después, el 27 de abril de ese mismo año, le fueron revalidados el empleo de Capitán y el grado de Teniente coronel de Infantería. Con fecha 24 de junio, también de ese año de 1841, su batallón recibió orden de embarcar para Mallorca, excepto los oficiales “supernumerarios”, que pasaron el regimiento de <<Saboya>>, 6º de Línea, incorporándose don Pascual al mismo, en su tercer batallón el día 1 de agosto. En este destino, el día 4 de septiembre, recibió los Reales Despachos de su empleo y grado con antigüedad de la fecha del Convenio de Vergara.
Seguía en el regimiento de <<Saboya>> cuando ascendió a 2º Comandante de Infantería, el día 21 de agosto de 1843, “por gracia general”, en virtud de lo establecido en el Real Decreto de 11 de julio de ese año, tras el pronunciamiento general que había derribado el gobierno del General Espartero.
El día 27 de septiembre de 1843, pasó a la situación de “reemplazo” con residencia en la ciudad de Tarragona, donde se presentó el día 1 de noviembre. Allí desempeñaría diversas comisiones, entre otras la de Fiscal de la Comandancia General y Comandante de la Caja de “quintos”. Allí se encontraba cuando recibió el Despacho de su empleo por Orden de 14 de octubre de 1846.
Se encontraba en Barcelona cuando falleció el día 18 de enero de 1847.
1 .- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia.

2 .- Archivo General Militar de Madrid. Sección Guerras Carlistas. Rollo 5, carpeta 45.

3 .- Es mucho, relativamente hablando, lo que se ha escrito sobre esta fase de la contienda en general y sobre estos hechos en concreto, pero entendemos que es de interés señalar el artículo que publicó otro de nuestros protagonistas, don Emilio Herrera Alonso en la revista Altamira: “La batalla de Ramales. Abril-Mayo, 1839” en Altamira. Revista del Centro de Estudios Montañeses. Diputación Provincial de Cantabria / Institución Cultural de Cantabria / C.S.I.C., Santander, 1976/1977 (Tomo XL, pp. 369-385)

martes, 30 de noviembre de 2010

Don Secundino ANGULO LUENGAS

Nació en la villa de Treviana (La Rioja), el día 19 de mayo de 1810, hijo de don Francisco López de Angulo y doña Ramona Luengas1.
El día 9 de enero de 1828, es decir, cuando todavía no había cumplido los 18 años, entró a servir en el 4º regimiento de Granaderos de la Guardia Real de Infantería, prestando servicio en Madrid y Reales Sitios de Aranjuez y San Ildefonso, para pasar de guarnición a Zaragoza durante el año 1829 y a Barcelona durante los años 1830 y 1831 y regresar luego a Madrid, donde se encontraba destinado cuando acaeció la muerte de Fernando VII. Durante ese tiempo había ascendido a Cabo 2º (1 de marzo de 1828), Cabo 1º (1 de julio de 1828) y Sargento 2º (1 de marzo de 1831).
Fue por tanto, uno de los que salió de Madrid para unirse a las tropas levantadas a favor de don Carlos, constándole haber sido reconocido como Alférez de Caballería el día de su presentación, el 16 de octubre de 1833. Nada detalla su Hoja de Servicios sobre participación en aquella campaña, pero por su origen y fecha en la que se incorporó, se puede deducir que debió incorporarse a las tropas que lideraba don Jerónimo Merino, siguiendo seguramente su suerte, al menos, durante los primeros días de la guerra. También sabemos que formaba en la división de Castilla al final de la contienda2 y que tenía la Cruz de Villar de los Navarros, es decir, que como muchos otros castellanos había estado en la Expedición Real. Había obtenido el empleo de Teniente con fecha 2 de diciembre de 1836 y el grado de Capitán, con la de 24 de agosto de 1837.
Se acogió a los beneficios del Convenio de Vergara, aunque no figura en el primer listado de revalidados. Pasó destinado como Teniente de Caballería “supernumerario” al regimiento de Caballería <<Guías del general>>, desde donde solicitó que se le revalidase el empleo de Capitán y la Cruz de Villar de los Navarros, aclarando que no había llegado a recibir Real Despacho de dicho empleo por haber sucedido el Convenio. La Junta General de Inspectores, firmaba el día 6 de febrero de 1841, un informe en el que se decía: “… Este interesado no acompaña documento alguno para acreditar que en las filas del Pretendiente hubiese obtenido el empleo de Capitán de Caballería que pretende revalidar, y cuyo despacho, dice él mismo, no llegó a recibir por efecto del convenio, y sólo apela en razón de dicho (empleo) a las listas presentadas por el General D. Rafael Maroto. Presenta original el Despacho de grado de Capitán y el Diploma de la Cruz de Villar de los Navarros…” y recomendaba que tan sólo se le reconociese el empleo de Teniente de Caballería y grado de Capitán, como únicos que acreditaba documentalmente, entendiendo además que la Cruz de Villar de los Navarros no se encontraba comprendida en las disposiciones al respecto. Con fecha 11 de marzo de 1843, cuando se encontraba prestando servicio en Madrid, en el regimiento de Caballería <<Lusitania>>, se haría efectiva dicha revalidación con antigüedad de la fecha del Convenio.
Es bastante prolija su Hoja de Servicios a partir de esta fecha, en cuanto a destinos y situaciones administrativas. Señalaremos que, encontrándose en Valencia, ascendió a Capitán, el 21 de agosto de 1843, pasando a situación de “reemplazo” a finales del mes de septiembre de 1844, hasta que, con fecha, 26 de abril de 1845, fue designado Ayudante Mayor en el regimiento de <<Pavía>>, 7º de Lanceros. Pasó por Aranjuez, Madrid, Alcalá de Henares, Zaragoza y Pamplona. Por Orden de 21 de octubre de 1847, “se le colocó en el turno de elecciones –para ascenso-, por los servicios prestados en el Establecimiento Central de Instrucción”.
El día 12 de febrero de 1848, “por disposición del Excmo. Sr. Director General del Arma, pasó a sus inmediatas órdenes” en Madrid, destino en el que permaneció hasta que el día 6 de mayo de ese año, pasó a mandar las fuerzas de su regimiento destinadas en el Depósito de Instrucción de potros establecido en Ciudad Real. El día 30 de junio de ese año de 1848, pasó destinado al regimiento de <<Bailén>>, con el que prestó servicio en Alcalá de Henares, donde, a partir del 28 de febrero del año siguiente, pasó nuevamente al Establecimiento Central de Instrucción, en el que permanecería durante dos años.
Con el regimiento <<Numancia>>, al que pasó a primeros del mes de marzo de 1851, prestó servicio en Ciudad Real, Vicálvaro, Madrid, Barcelona, Villafranca del Penedés, Tarragona, Reus… Tuvo una destacada actuación en los sucesos ocurridos en Barcelona durante los días 18 al 22 de julio de 18563, que le valió la Encomienda de la Orden de Carlos III, por Orden de 28 de ese mismo mes y año. Los años siguientes los pasaría en Barcelona.
El día 1 de enero de 1860 pasaría a Valencia, donde permanecería hasta el 12 de abril. Madrid y Alcalá de Henares, fueron sus siguientes destinos, hasta que, con fecha 31 de octubre de 1863, fue destinado al regimiento de <<Cazadores de Alcántara>>, 16º de Caballería, “en clase de Teniente coronel según Real orden de 30 del mismo”, aunque para pasar tan sólo 14 días, pues en el mes de noviembre se le daba de alta en el regimiento de <<Lanceros de Numancia>>, en el que ya había prestado servicio. Madrid, Alcalá de Henares y Ocaña, fueron sus lugares de residencia, hasta que el día 1 de enero de 1865, salió para Burgos.
En la capital burgalesa, recibió orden de incorporarse a la Dirección General del Arma de Caballería, en Madrid, destino del que se hizo cargo a finales de abril de 1866 y desde el que solicitó el “retiro” a finales de febrero del año siguiente, 1867. Era Teniente coronel de Caballería desde el 7 de noviembre de 1863.
Apenas disfrutaba de su retiro, cuando falleció en 1867. No tenemos la fecha exacta de su óbito, que creemos que tuvo lugar en Burgos, pero sí, que doña María Teresa Clemente, con quien había contraído matrimonio en 1842, presentaba un escrito en relación con su pensión de viudedad, el día 7 de diciembre de 1867.
Señalaremos que independientemente de sus destinos, desempeñó diversas comisiones: Instrucción de “quintos” en el año 1843; instrucción y doma de potros en 1844, cometidos ambos, que volvió a desempeñar en 1846 y 1847; otra vez fue encargado de la instrucción de “quintos” en 1851; también fue Capitán cajero en 1852; recluta de hombres e instrucción y doma de potros en 1853 y 1854; fue Jefe del Detall4 en 1855 y 1856; en 1857, Encargado de la Academia de Jefes y Oficiales; de 1858 a 1861, nuevamente fue responsable de la instrucción de “quintos” y doma de potros, y 1862, otra vez Jefe del Detall.
Además de haber sido nombrado Comendador de la Real y Distinguida Orden de Carlos III, se encontraba en posesión de la de Isabel la Católica (23 de mayo de 1852) y de la de San Hermenegildo (12 de junio de 1857 con antigüedad de 9 de enero de 1853), y en su Hoja de Servicios se puede leer: Valor: Acreditado, Aplicación: Mucha, Capacidad y Conducta: Buena
1 .- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia. En su Hoja de Servicios, no se lee con claridad el nombre de su población de origen, pareciendo leerse Triosana (Burgos), pero como quiera que no existe en la citada provincia, ni en parte alguna de España, una población que se denomine Triosana, hemos deducido que podía ser la de Treviana, situado en el epicentro del Carlismo castellano de la época, que si bien en la actualidad pertenece a La Rioja, en el momento del nacimiento de don Secundino, pertenecía a la de Burgos.

2 .- Aparece en el listado que de dicha División facilitó Maroto (Archivo General Militar de Madrid. Sección Guerras Carlistas. Rollo 5, carpeta 17).

3 .- Tras la caída de Espartero, se produjeron disturbios, en su apoyo, en varias ciudades, tal vez los más importantes en Barcelona, donde revoltosos y Milicia Nacional, tomaron varios puntos estratégicos de la ciudad, reforzados luego con gentes que acuden de los contornos. Las fuerzas fieles al Gobierno, también reciben refuerzos de Baleares. En la mañana del día 21, el General don Juan de Villalonga efectúa un ataque general contra los pronunciados, con un resultado final de más de 500 bajas, entre muertos y heridos, por ambas partes.

4 .- Se denomina “Detall” a la oficina existente en todos los cuerpos y unidades, encargada de la contabilidad, cuya misión fundamental es el control de la caja, habilitación, almacén…

domingo, 14 de noviembre de 2010

Don Isidro de ANDRÉS GUTIÉRREZ

Hijo de Matías e Isabel, nació en la localidad de Avellanosa de Muñó (Burgos), perteneciente al partido judicial de Lerma, el día 14 de mayo de 18061.
Era paisano cuando se unió a las tropas legitimistas, desde su pueblo, el día 20 de octubre de 1833. Tras la dispersión del Ejército Real de Castilla la Vieja, después de la jornada del 13 de noviembre en Villafranca de Montes de Oca (Burgos), regresó a su pueblo, del que volvería a salir, para unirse nuevamente a las tropas carlistas, el día 4 de septiembre de 1834, quedando en filas con el empleo de Sargento 2º de Caballería. Nada sabemos de sus destinos y peripecia entre las tropas de don Carlos, tan sólo que con fecha 10 de marzo de 1835, ascendió a Sargento 1º; que se le dio el grado de Alférez el 19 de mayo de 1836 y ascendió a ese empleo el 12 de abril de 1838 y a Teniente el 21 de diciembre de 1838.
Se acogió al Convenio de Vergara2. Su primer destino tras la contienda civil, por Orden de 20 de febrero de 1840, fue el regimiento de Caballería <<Guías del General>> (Espartero), que después recuperó su inicial de <<Montesa>>, desde el que solicitó, con fecha 17 de marzo de ese año, la revalidación de su empleo, lo que en principio no se le concedió por falta de documentación acreditativa del mismo. Se encontraba en situación de “supernumerario” en el citado regimiento de Caballería, cuando con fecha 19 de noviembre de 1842, solicitó nuevamente se le revalidase su empleo, constando que ahora, presentaba Real Despacho de don Carlos, de 17 de septiembre de 1838, en el que se le concedía la graduación de Teniente de Caballería, con antigüedad de 20 de junio de ese mismo año, recibiendo Despacho de su empleo de Teniente de Caballería, con fecha 24 de septiembre de 1843. Antes, el 10 de julio de ese año de 1843, había solicitado la licencia absoluta, que no se le concedió.
Por Orden de 31 de enero de 1844, se le concedió el grado de Capitán de Caballería, en recompensa a los servicios prestados, durante el pronunciamiento que desencadenó la caída del general Espartero, con antigüedad de 21 de agosto de 1843. No podemos seguir paso a paso todos sus destinos en este periodo, detallados minuciosamente en su Hoja de Servicios, pero sí debemos destacar que, participó “en el bloqueo, operaciones y sitio de las Plazas de Alicante y Cartagena”, sublevadas el día 1 de febrero de 1844, aprovechando las medidas “reaccionarias” del nuevo jefe de Gobierno don Luis González Bravo, desde el 2 de febrero al 4 de abril. Que, ese mismo mes y año, participó en la campaña contra los carlistas levantados en el Maestrazgo. Y que también combatió a los carlistas en Cataluña, durante la 2º Guerra (1846-49), mereciendo por ello la Cruz de 1ª clase de Real y Militar Orden de San Fernando. Había perseguido activamente a las partidas carlistas, sobre todo en la provincia de Lérida y había combatido, según su Hoja de Servicios, en Torms. Lérida (11 de octubre de 1848); ¿Los Boiros? (29 de octubre de 1848); Puebla de las Correas de Tremp. Lérida (3 de noviembre de 1848), y San Jordi Desvalls. Gerona (8 de noviembre de 1848).
Al final de aquella contienda permaneció en Cataluña, para pasar el día 20 de mayo de 1849 a Madrid, marchando el 4 de julio de ese mismo año al Real Sitio de Aranjuez. Allí se encontraba cuando tuvo la desagradable noticia, de que, con fecha 4 de octubre, se le había abierto una “Sumaria”, por haber faltado en la Caja del regimiento una cierta cantidad, cuya carencia se atribuía a la compra de prendas de vestir para el regimiento, no debidamente justificada, mientras éste se encontraba en Lérida, siendo don Isidro, el responsable de tales compras y por tanto de la deuda. Tras las investigaciones realizadas, el Fiscal determinó que el descubierto podía “proceder de no haberse llevado una formal y exacta contabilidad”, dictaminándose finalmente, con fecha 23 de noviembre, simplemente, que se le retuviese “la 3ª parte de su paga hasta extinguir los 2.528 reales y 12 maravedís liquida deuda que le resultó, encargándole muy particularmente que en lo sucesivo trate de desempeñar con el mayor celo las comisiones que se le confíen para no dar lugar a la formación de esta clase de procedimientos”. Siguió pues, con toda normalidad su servicio en Aranjuez, donde permaneció hasta el día 2 de julio de 1850, cuando regresó a Madrid, donde volvió a prestar servicio hasta el día 20 de febrero de 1851, que fue destinado a Ocaña (Toledo), desde donde pasó, el día 2 de septiembre de 1853 a prestar servicio en Aragón.
A finales del mes de marzo del año 1854, nada más haber recibido el empleo de Capitán (22 de marzo), por los méritos contraídos combatiendo en Zaragoza, el día 20 de febrero, a los sublevados del regimiento de Infantería de <<Córdoba>>, causó baja en el 13º regimiento de Caballería de <<Montesa>>, en el que había servido durante más de 14 años, por habérsele concedido por Orden de día 22, el de su ascenso, el pase a la situación de “reemplazo”. El 31 de mayo de ese mismo año, fue destinado, en la misma situación administrativa, al regimiento de Lanceros <<España>> 9º de Caballería y residencia en Valladolid, donde, con fecha 7 de octubre y antigüedad de 20 de julio, se le concedió el grado de Comandante.
Allí, en Valladolid, sería uno de los actores de un interesante episodio de la historia del Carlismo. El intento de sublevación de la plaza, sede de la Capitanía General de Castilla la Vieja, que en 1855 encabezó otro de nuestros protagonistas, don Epifanio Carrión, secundado precisamente por don Isidro Andrés; el también Capitán de Caballería, don Francisco Alonso Argüelles; el Teniente, graduado de Capitán del escuadrón de <<Cazadores de Castilla>>, don León Arenzana, también protagonista de este trabajo, además de otros comprometidos, militares y paisanos. En el Expediente estudiado, se conserva la sentencia dictada por el Consejo de Guerra celebrado en Valladolid, el día 2 de junio de 1855, ratificada por el Ministerio de la Guerra, con fecha 7 de abril de 1856. Por ella, sabemos que don Isidro Andrés, fue absuelto. Dice dicha sentencia respecto de él:
“ …y asimismo que se absuelva al Comandante graduado Capitán Don Isidro Andrés, al Capitán de reemplazo Don Francisco Alonso Argüelles, al soldado del regimiento de España Antonio Mateo, y a los paisanos Don Luis García y Don Zenón Sánchez, poniéndoles en libertad sin que les perjudique lo actuado en este proceso, en su opinión y carrera”.
Aunque, por la documentación complementaria, también obrante en su Expediente, parece deducirse que tal absolución, aunque no conste en la sentencia mencionada, debió producirse por falta de pruebas, pues parece claro que no se fiaban de él, pues fue sometido a vigilancia.
Pasaría destinado, mientras se sustanciaba la Causa antes reseñada, a la ciudad de Ávila, desde donde solicitó autorización para residir en Lerma (Burgos), el día 26 de mayo de 1857. Y en esa ciudad burgalesa se encontraba destinado, cuando se sintió enfermo, por lo que se trasladó a Burgos, donde fallecería el día 23 de agosto de 1857.
Entendemos que para terminar, es interesante reseñar el juicio que sobre él, emitió la Junta de Jefes del regimiento de Caballería donde se encontraba destinado, en el mes de enero de 1843: “robusto, ágil á pie y á caballo, de mediana instrucción y aplicación, desempeña regularmente su empleo con tino y firmeza en el mando, afición á la carrera y buena conducta…”. Estaba casado.
1 .- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia (en él consta su partida de Bautismo).

2 .- Aparece en el listado que de la División de Castilla facilitó Maroto (Archivo General Militar de Madrid. Sección Guerras Carlistas. Rollo 5, carpeta 17) y en la “Relación de Jefes y Oficiales procedentes del Convenio de Vergara revalidados en sus empleos” (Archivo General Militar de Madrid. Sección Guerras Carlistas. Rollo 5, carpeta 45).

martes, 9 de noviembre de 2010

Don Pedro Pantaleón ANDIVIDRIA PÉREZ

Consta en su Hoja de Servicios1 que nació en la localidad burgalesa de Oña, antigua ciudad condal, sede del monasterio de San Salvador de Oña, panteón de reyes, infantes y condes, el día 27 de julio de 1788, hijo de Joaquín y Felipa2.
Conocemos que se incorporó como Soldado a las tropas españolas que luchaban contra el invasor, el día 5 de septiembre de 1809. Consta también en su Hoja de Servicios que asistió a las acciones de: Venta de “la Melchora”, en Cabezón de la Sal (Cantabria), camino de Vitoria, el día 25 de enero de 1810, en la que resultó herido; Peña de Orduña (Vizcaya), el 26 de octubre de ese mismo año; Areta (Álava), el 27 de agosto de 1812; Zornoza (Vizcaya), el 29 de agosto, también de 1812 y “en las demás que ha tenido su primitivo cuerpo desde que se presentó en él”, dice también dicha Hoja. Y el Cuerpo al que se refiere era el regimiento de Caballería <<Húsares de Iberia>>, en el que ascendió a Cabo 1º (12 de julio de 1810), Sargento 1º (2 de enero de 1812) y Alférez de Caballería (15 de julio de 1812), empleo con el que, el día 30 de abril de 1819, solicitó el “retiro”, que se le concedió con fecha 7 de septiembre de ese año.
Se encontraba en su pueblo natal3, disfrutando de dicho “retiro”, cuando, según sus propias informaciones, a pesar de encontrarse imposibilitado “de resultas de las heridas recibidas en la Guerra de la Independencia” salió, dejando a su mujer y cuatro hijos, para unirse a “Cuevillas”, el día 5 de marzo de 1822, aunque oficialmente le consta el día 16 de febrero de 1823, informaciones que no son contradictorias, pues entendemos que la primera fecha puede referirse a contactos y conspiraciones y la segunda a su incorporación oficial, que no impide tampoco alguna salida anterior, aunque con regreso a su casa. El caso es que, en aquella Campaña, alistado en los Lanceros de <<La Rioja>>, le consta haber asistido a las acciones de La Cabada. Cantabria (27 de marzo de 1823) y Los Fornos. Asturias (19 de marzo de 1823), en la que “se portó con honor”. El 26 de abril de 1824, sería nombrado Teniente y 2º Ayudante del regimiento Lanceros del <<Rey>> por don Ignacio Alonso-Cuevillas “menor”, que se titulaba Comandante General de la División de Rioja y Merindades de Castilla. Pasaría luego al regimiento titulado <<Cazadores de la Reina Amalia>> y por último al de <<Albuera>> 5º de Ligeros.
El día 1 de septiembre de 1824, acogiéndose al artículo 15 del Real Decreto de 9 de agosto de ese año, volvió a solicitar el “retiro” para Oña con el aumento de sueldo que se considerase oportuno por sus nuevos servicios. En su instancia, también reclamaba que se le reconociese su nuevo empleo y el grado de Capitán, de acuerdo al artículo 4 del anterior Real Decreto y el Diploma de la Condecoración, prevenida para su caso en el artículo 11 del mismo Real Decreto. Acompañando a su petición, copias de los Real Despachos de sus empleos y Hoja de Servicios.
En el informe que se añadió a su instancia, se hacía constar que además, el día 18 de enero de ese año de 1824, había solicitado la Administración de las salinas de Poza de la Sal o la Comandancia del Resguardo de las mismas, petición todavía sin resolver. La inmediata resolución que se tomó, fue de 14 de ese mismo mes de septiembre, para disponer que, habiendo hecho varias peticiones en una misma instancia, se le devolviese y rehiciese, haciendo sus peticiones por separado. Inmediatamente lo hizo Andividria, y con fecha 18, presentaba una nueva instancia reduciendo su petición a su “retiro” a Oña, con el aumento de sueldo que se estimase conveniente. Esta nueva solicitud se remitió a la Junta de Clasificación, el día 20.
El 27 de junio de 1825, imaginamos que preocupado por la falta de respuesta, volvió a solicitar su “retiro” en la villa de Oña, instancia que se cursó, el día 2 de julio, al Ministerio de la Guerra. La batalla por los derechos adquiridos, como la de tantos otros voluntarios del Altar y el Trono, se resolvía tarde y de forma claramente perjudicial para la mayoría. Reproducimos la que a nuestro personaje atañe, fechada en Madrid el día 10 de septiembre de 1826:
En conformidad con el Artº. 15 del Real Decreto de 9 de Agosto de 1824 que D. Pantaleón Andividria cita en su solicitud, no tiene derecho a otra gracia, que la del grado de Teniente con que ha sido restituido al retiro que disfrutaba cuando se unió a las tropas que defendían la integridad de la Religión y Derechos del Trono. Según también para ello el Artº. 30 del mismo Soberano Decreto por el que tienen retiro con sueldo los de primera época y opción a que se les aumente los que ya lo disfrutaban y se encuentran en ella misma y no en la 2ª como este interesado
Sin embargo, curiosamente, a pesar de este dictamen obrante en su Expediente Personal, en su Hoja de Servicios, parte del mismo, consta que por Real Orden de 25 de junio de 1825, fue clasificado como Teniente de Caballería “vivo y efectivo” con antigüedad de 26 de abril de 1823, además de concederle el Escudo de Fidelidad y Cruz de Segunda clase de la Fidelidad Militar. Contradicción tan sólo explicable, por la lentitud y diversidad de cauces, con que trabajaba la burocracia fernandina.
En cuanto al “retiro” solicitado, le fue finalmente concedido el 16 de julio de 1826, en calidad de “disperso” y con residencia en Orduña (Vizcaya), consiguiendo, tras solicitarlo nuevamente el día 2 de febrero de 1831, que finalmente se le autorizase a residir en Oña.
De Oña saldría para unirse a las tropas carlistas. En la documentación estudiada, constan los siguientes datos sobre su participación en la contienda: Que hallándose en Oña, retirado, como Teniente de Caballería, salió el día 15 de marzo de 1835, para unirse a don Carlos. Que recibió Despacho, firmado por don Carlos, en Amurrio (Álava), el 6 de noviembre de 1837, siendo Capitán, concediéndole el grado de Teniente coronel de Caballería, con antigüedad de 24 de agosto de ese año, por su destacada actuación en la batalla de Villar de los Navarros (Zaragoza) y que con fecha 15 de febrero de 1838, recibía la Cruz de distinción de la batalla de Oriamendi (Guipúzcoa). Información que tan sólo nos permite deducir que participó en la Expedición Real (18 de mayo a 26 de octubre de 1837) y que se encontraba entre los jinetes que encabezados por S.A.R. el Infante don Sebastián Gabriel, acudió para decidir la batalla de Oriamendi.
Se acogió al Convenio de Vergara4, pasando al depósito de Burgos, desde donde, con fecha 9 de diciembre de 1839, solicitó se le concediese la licencia absoluta y residencia en Oña, lo que le fue concedido el 21 de enero de 1840. Trató luego que se le revalidasen empleos y grados con arreglo al Decreto de la Presidencia de 5 de diciembre de 1840, lo que, en principio, no consiguió por haber realizado la petición fuera de plazo, pero que finalmente le fue concedido 27 de abril de 1843, siéndole revalidados su empleo de Capitán de Caballería con grado de Teniente coronel con la antigüedad de la fecha del Convenio, 31 de agosto de 1839.
El último dato que tenemos le sitúa en la villa de Oña, a finales del mes de abril de 1844, por lo que, entendiendo que seguramente ya no volvió a salir de su pueblo, consultamos nuevamente su archivo parroquial, pudiendo comprobar que efectivamente falleció en Oña el día 1 de marzo de 1855.
1 .- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia.

2 .- Datos facilitados por la parroquia de San Salvador de Oña.

3 .- Aprovechamos para indicar que siempre que, se siempre que en una Hoja de Servicios, se aludía a un voluntario incorporado a las tropas realistas en la Campaña de 1821-23, se hacía constar su lugar de residencia o destino, el día 7 de marzo de 1820, cuando el Palacio Real de Madrid se vio rodeado de una muchedumbre que apoyando al sublevado Riego, determinó que Fernando VII, se viese obligado a jurar la Constitución de 1812.

4 .- Aparece en el listado que de la División de Castilla facilitó Maroto (Archivo General Militar de Madrid. Sección Guerras Carlistas. Rollo 5, carpeta 17) y en la “Relación de Jefes y Oficiales procedentes del Convenio de Vergara revalidados en sus empleos” (Archivo General Militar de Madrid. Sección Guerras Carlistas. Rollo 5, carpeta 45).

Don Hilario ALONSO-CUEVILLAS Y REMÓN

Hijo de Ignacio y Catalina, nació en Miranda de Ebro (Burgos) el día 13 de enero de 18011.
Por su Hoja de Servicios, sabemos que su vida militar se inició en plena Campaña Realista, el día 1 de junio de 1822, cuando fue designado Subteniente de Infantería, entre los voluntarios riojanos que combatían al régimen constitucional. Campaña que terminó como Capitán (4 de septiembre de 1822) con grado de Teniente coronel (12 de marzo de 1823).
Ascendido a 2º Comandante de Infantería (20 de agosto de 1824), fue mandado al batallón ligero de la <<Unión>>, después ligero de <<Barcelona>>, con destino en Cuba (llegó a La Habana el día 6 de febrero de 1825). En aquella isla permaneció hasta finales de mayo del año 1830, cuando se embarcó de regreso a la Península, donde desembarcó el día 17 de julio, siéndole concedida la licencia “ilimitada”. Durante esta época, se ofreció al Gobierno de Fernando VII, para combatir a los constitucionalistas acaudillados por Mina (Francisco Espoz y Mina), recibiendo las “gracias” y el grado de Coronel (8 de mayo de 1831), pero como quiera que no se le reintegró al servicio activo, solicitó pasar en la misma situación administrativa al Ejército de Cuba. Estuvo de guarnición en pueblo de Trinidad, hasta que en el mes de octubre de 1834, pasó a Puerto Rico, siempre en clase de “ilimitado” y en expectativa de “retiro”, según consta en su Hoja de Servicios, “por no inspirar confianza sus antecedentes al Capitán general de la Isla de Cuba”. A finales del mes de mayo de 1836, embarcó para la Península, considerándosele desde su llegada “ausente sin justificación”, hasta que con fecha 15 de enero de 1837, se constata su incorporación a las filas carlistas.
En éstas, se le reconoció, con fecha 10 de abril de 1837 el empleo de Coronel. Estuvo en la Expedición Real hasta que, se le ordenó regresar para reunir a todos los dispersos y heridos que habían quedado en Cataluña y llevarles hasta el Norte. En cumplimiento de esa orden, el día 29 de julio de ese año de 1837, dejaría la Expedición Real en Iglesuela del Cid (Teruel), para repasar el Ebro el día 5 de septiembre2. Figuraría luego en la expedición que mandó durante la primavera de 1838, don Ignacio de Negri, conde de Negri. Aunque tal vez, su actuación más destacada, es haber tenido el dudoso honor de estampar su firma en el Convenio de Vergara, como jefe de la División de Castilla, tras lo que pasó al depósito de Jefes y Oficiales de Burgos, cuyo mando desempeñó hasta su disolución, en el mes de octubre de 1842. El 17 de diciembre de 1843, se le revalidó el empleo de Coronel de Infantería con fecha del Convenio de Vergara (31 de agosto de 1839), quedando en situación de “reemplazo” en la ciudad de Burgos.
En dicha ciudad se encontraba cuando tuvieron lugar los sucesos que terminaron con la regencia de Espartero. El 9 de enero de 1844, se firmaba su ascenso a Brigadier de Infantería, con antigüedad de 30 de diciembre de 1843, por los méritos y servicios, “en particular a los que habéis contraído en la provincia de Burgos a favor del pronunciamiento nacional”. Permaneció, no obstante, en situación de “cuartel” en Burgos, hasta el día 18 de agosto de 1846, cuando fue nombrado Comandante general de Palencia, destino en el que tan sólo estuvo un mes, pues el 14 de septiembre, fue nombrado para igual puesto en Orense, puesto que desempeñó hasta el 18 de agosto de 1853, en que pasó nuevamente a la situación de “cuartel”. El 15 de febrero de 1854, fue designado Gobernador militar de la provincia de Orense, aunque el 27 de agosto de ese mismo año, nuevamente quedaba de “cuartel”. El 14 de noviembre de 1856, fue nombrado Gobernador militar de Jaca, puesto que no llegó a desempeñar pues le fue cambiado por el de la provincia Pontevedra y plaza de Vigo. El día 1 de julio de 1858, pasaría otra vez a la situación de “cuartel”.
Creemos que ya no volvería a desempeñar cargo alguno, pasando, años después y en esa misma situación, a la plaza de Orense, donde sabemos que estaba ya en el año 1863. El 3 de octubre de 1869, seguía de “cuartel” en Orense y por su actuación, en los sucesos allí acaecidos ese día, el 11 de diciembre de 1869, don Francisco Serrano, Regente, le concedió la Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar. Entendemos dadas las fechas de las que hablamos, que su postura sería de apoyo a los generales revolucionarios. El 24 de junio de 1871, ya “exento” de servicio, se le nombraba Caballero Gran Cruz de la Orden Militar de San Hermenegildo. En Orense, ciudad a la que se encontraba ligado desde 1846 y en la que había contraído matrimonio con doña Mercedes Álvarez-Seara y García de Viniegra3, en 1848, fallecería, el día 12 de enero de 1881.
Para terminar no queremos dejar de apuntar que su hermano don Ignacio fue uno de los grandes protagonistas del primer carlismo castellano y que el padre de ambos, don Ignacio Alonso-Cuevillas y Zapatero, que nació en Cervera de Río Alhama el día 1 de febrero de 1764, y era Juez de Contrabando en la ciudad de Bilbao (Vizcaya), cuando esta se pronunció, el día 3 de octubre de 1833, por don Carlos. No nos cabe duda que estuvo al lado de los sublevados, aunque no quede constancia de su actuación, tal sólo sabemos que falleció a principios del mes de diciembre de 1835, siendo enterrado en el cementerio de Santurce (Vizcaya) el día 6 de ese mes de diciembre.
1 .- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia.

2 .- Un relato detallado de esta expedición, se puede encontrar en la obra del padre Alberto Risco, Mil Hombres, Imprenta de Blass y Cía. Madrid, 1920, biografía de don Francisco de Paula Romero y Palomeque, pp. 143 a 167.

3 .- En su Expediente Personal, consta su Expediente Matrimonial.

sábado, 30 de octubre de 2010

Don Eugenio Regino y Don Juan Rosa AGUINACO LANDALUCE

Nació don Eugenio en Haro (La Rioja), el día 7 de septiembre de 18081.
En su Expediente Personal se conservan tanto su Hoja de Servicios en el Ejército regular, como en el Ejército carlista. Por ésta, sabemos que fue de los que se pronunciaron en Haro, siguiendo las órdenes de don Santos Ladrón de Cegama. Su nombre, y el de su hermano, están en la lista de los primeros sublevados que recibieron caballos y diversos pertrechos de la población, según una lista que se conserva en el archivo municipal de ese Ayuntamiento2. Y en su Hoja se dice que estuvo a las órdenes de don Santos, en Caballería, desde el día 7 de octubre de 1833, hasta que cayó prisionero, quedando entonces a las del Brigadier don Pedro Miranda. No cabe duda pues, que asistió a la acción de Los Arcos (Navarra) el viernes día 11 de octubre, donde el caudillo navarro fue derrotado y apresado, y que luego asistió a la acción de Puente Navarro, el día 9 de octubre, según dicha Hoja, que debe referirse a la acción del Puente de Logroño, en el camino a Navarra, por lo que puede que también se le conociese con ese nombre y en donde don Basilio Antonio García y don Pedro Fausto Miranda, fueron derrotados por don Manuel Lorenzo, que se adueñó de la capital riojana, el día 26 de octubre de ese año de 1833.
No obstante, las siguientes acciones que se apuntan, Castrogonzalo (Zamora) y Prádanos de Ojeda (Palencia), nos permiten conocer que fue uno de los jinetes que siguió a don Ignacio Alonso-Cuevillas, según su Hoja de Servicios, encuadrado en los <<Lanceros de Rioja>> y que tras la dispersión de las tropas castellanas, fue uno de los que siguió al jefe riojano cuando se dirigió a Portugal, y uno de los que regresó, siguiendo a don Santiago Villalobos, don Gabriel del Moral y don Francisco Vivanco, tras la acción del puente de Castrogonzalo sobre el río Esla, en la madrugada del día 3 de diciembre, siendo de los que se incorporó, seguramente con Vivanco, a las tropas del Norte. Y eso, a pesar de constar que permaneció en el escuadrón de <<Lanceros de Rioja>>, hasta el día 14 de diciembre, lo que nos induce a pensar que sería en esta fecha cuando, ya en el Norte, se disolvió este escuadrón. Así nos lo confirma, el que el resto de las acciones que recoge su Hoja, tuvieran lugar ya en Vascongadas y Navarra, formando desde el día 14 de diciembre, en el escuadrón de <<Álava>>, en el que permanecería hasta el día 8 de marzo de 1837.
Durante este periodo, se reseña que asistió a las acciones de Villanueva. Navarra (10 de abril de 1834); Venta de Echábarri. Navarra (21 de julio de 1834); Molino de Portilla. Álava (9 de septiembre de 1834); Villafranca. Navarra (1 de diciembre de 1834); Mendaza y Arquijas. Navarra (12 y 15 de diciembre de 1834); Arquijas. Navarra (5 de febrero de 1835); Lárraga. Navarra (8 de marzo de 1835); Arróniz. Navarra (29 de marzo de 1835); El Perdón. Navarra (5 de mayo de 1835); Operaciones del Primer sitio de Bilbao. Vizcaya (11 de junio de 1835); Olazagutia. Navarra (25 de junio de 1835); Gardélegui. Álava (20 de septiembre de 1835); Llanada de Vitoria. Álava (27 y 28 de octubre de 1835); Campos de Galarreta. Álava (24 y 25 de mayo de 1836); Sitio de Laguardia. Álava (14 de agosto de 1836); Alto de Roa, entre Ullibarri y Luco. Álava (28 de agosto de 1836); Segundo sitio de Bilbao. Vizcaya (25 a 27 de octubre de 1836); Tercer sitio de Bilbao. Vizcaya (5 de noviembre a 24 de diciembre de 1836), y a la etapa final de la batalla de Oriamendi. Guipúzcoa (16 de marzo de 1837), de la que tenía un Escudo de distinción. Esta última, según su Hoja de Servicios, formado parte ya del 3er escuadrón del 2º regimiento de <<Lanceros>>.
Con dicho regimiento asistiría a la Expedición Real (Estella. Navarra, 15 de mayo de 1837 – Arciniega. Vizcaya, 26 de octubre de 1837), participando en las batallas de Huesca, Barbastro, paso del Cinca, Guisona, Chiva, Villar de los Navarros, retirada de Alcalá de Henares, Arcos de la Cantera, y Retuerta.
También según su Hoja de Servicios, fue hecho prisionero el día 13 de noviembre de 1837. No consta, sin embargo, en que acción lo fue o que hubiese quedado herido en algún hospital de sangre ocasional, tras la retirada de los expedicionarios. Caben pues varias otras posibilidades, fundamentalmente, que fuese uno de los que quedó disperso tras las últimas batallas de la Expedición Real o de los que se quedaron en Castilla, a las órdenes del Brigadier don Miguel Manuel Marrón, pudiendo entonces caer prisionero en alguna de las escaramuzas que sostuvieron las fuerzas de éste, por esa época. Marrón, sería también hecho prisionero, aunque más tarde, el día 25 de marzo de 1838, y se encontraba, al final de la contienda, igual que nuestro protagonista, preso en El Ferrol, y fue uno de los Jefes que certificaron sus empleos y grados, cuando solicitó acogerse al Convenio de Vergara, lo que avalaría la última posibilidad apuntada. En el listado de los prisioneros que se hallaban en el depósito de El Ferrol (La Coruña), aparece don Eugenio como Teniente y perteneciente a la división de Castilla3.
El jefe que certificó su Hoja de Servicios carlista, con fecha 25 de marzo de 1843, fue el Coronel don Feliciano Tarín, quien además de reconocerle como Alférez de Caballería, señala que “por ser uno de los Alférez más antiguos del Cuerpo y que acompañaron al Señor Don Carlos en su expedición al interior en 1837, según la concesión del mencionado Príncipe fue propuesto para el grado de Teniente”.
Sabemos que tras acogerse al Convenio de Vergara, fue puesto en libertad el día 10 de febrero de 1840, cursando instancia, todavía desde El Ferrol, con fecha 12 de febrero de 1840, en la que se titulaba Teniente graduado de Capitán, del citado 3er escuadrón del 2º regimiento de <<Lanceros>>, y en la que tras exponer que “en el acto de ser hecho prisionero perdió sus despachos y demás documentos con que podía acreditar su expresado (empleo)”, suplica, constándole que el mismo depósito se hallaban el Brigadier don Miguel Manuel Marrón (que él llama Miguel María) y el Capitán don Manuel Rodríguez, se sirviesen ordenar que ellos los certificasen. Lo que haría, con fecha 13, como indicábamos, Marrón, y con fecha 15 del mismo mes, Rodríguez.
A la espera de revalidación, se le encuadró en el Arma de Caballería, como “excedente” y “licencia ilimitada” en San Vicente de la Sonsierra (La Rioja). Desde esa localidad y fecha 21 de febrero de 1844, cursó una nueva instancia, en la que explicaba que “aún cuando no había obtenido de Don Carlos mas Despacho que el de Alférez, le correspondía el empleo de Teniente con el grado d Capitán de Caballería con arreglo a una orden que dio el mismo Don Carlos en Hontoria el día 14 de Octubre de 1837, en la que se dice que concede un ascenso y un grado a los Subtenientes, Alféreces y Tenientes de primera época, contada desde 13 de Octubre de 1833…”, por lo que suplicaba se le revalidase el empleo de Teniente y grado de Capitán de Caballería. Acompañaba a dicha instancia copia del Real Despacho, firmado por don Carlos en Zúñiga, el día 9 de febrero de 1835, nombrándole Alférez de Caballería con antigüedad de 29 de marzo de 1834, así como de los pasaportes y certificados que se le facilitaron para poder pasar a San Vicente de la Sonsierra, en los que se le calificaba como Teniente y Capitán graduado de Caballería.
Sin embargo, por Orden de 5 de julio de 1844, se le revalidó el empleo de Alférez de Caballería, único empleo que pudo justificar documentalmente, con antigüedad de 31 de agosto de 1839, quedando en situación de “reemplazo” en el depósito de Jefes y Oficiales establecido en Briviesca (Burgos), hasta que el día 12 de agosto de ese año de 1844, fue destinado en clase de “supernumerario” el regimiento de Caballería de la <<Reina>>, 1º de Lanceros. El día 30 de junio de 1845, quedó en expectativa de destino en el Estado Mayor de Plazas, pasando con fecha 1 de septiembre, a desempeñar interinamente, el puesto de Ayudante 3º del castillo de Burgos, puesto que obtuvo en propiedad el 23 de marzo de 1849. A finales del mes de enero de 1850, sería destinado a ocupar igual plaza en el castillo de Olivenza (Badajoz), pasando, a finales de junio de 1853, a ocupar el puesto de 2º Ayudante en la plaza de Valencia, siendo ascendido, en consecuencia, al empleo de Teniente por Orden de 23 de ese mes. El 5 de diciembre de ese año, pasaría a desempeñar el mismo puesto en la plaza de Alcántara (Cáceres), siéndole concedido el grado de Capitán por Orden de 31 de octubre de 1854. El día 19 de marzo de 1855, se le dio de baja en dicho Cuerpo, quedando en situación de “excedente” y residencia en Alcántara.
El día 16 de junio de 1856, se reincorporó al servicio como 2º Ayudante de la plaza de Zamora, destino en el que estuvo hasta que, por Orden de 31 de marzo de 1863, pasó como Ayudante 1º a la plaza de Lérida, siendo ascendido al empleo de Capitán de Infantería. Cesó como tal, a finales de agosto de ese mismo año, en que pasó a la situación de “reemplazo” y residencia en Castilla la Vieja. Se encontraba en esta situación, cuando tuvo que cumplir la condena a la que había sido sentenciado por encuentro que tuvo con un superior, estando ocasionalmente en Zamora y que se calificó como “desacato”, entrando a verificarla en el castillo de Burgos, el día 8 de marzo de 1865, mes en el que, con fecha 27, se le dio la baja definitiva en el Ejército. Estaba en posesión de las Órdenes de Isabel la Católica y de San Hermenegildo.
No nos ha sido posible determinar dónde y cuándo falleció, aunque entendemos que pudo ser en Haro o en San Vicente de la Sonsierra, lógicamente después del mes de marzo de 1865.
Como curiosidad y para terminar, digamos que en su Expediente, consta una copia de su partida de Bautismo, que adjuntó a una instancia, para que le fuese cambiado el nombre que habitualmente constaba en toda su documentación, Regino, por el de Eugenio, demostrando que era ese su primer nombre.
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Su hermano, don Juan, nació en Haro (La Rioja) el día 29 de agosto de 17904.
La documentación obrante en su Expediente5, es muy breve, fundamentalmente dos documentos procedentes del campo carlista: un escrito firmado en Elorrio (Vizcaya) el día 25 de marzo de 1836, por don Luis de Villemur al General en Jefe del Ejército, con posterior traslado al Subinspector de Caballería y que trascribimos:
Excmo. Señor: = He dado cuenta al Rey N.S. de la instancia que elevó a Sus Reales manos el Comandante que fue de Voluntarios Realistas de Haro D. Juan Aguinaco, en solicitud de que se dignase confirmarle en el empleo de Capitán de la misma arma que le confirió en Octubre del año último de 1833 la Real Junta de Castilla y enterado S.M. de lo que V.E. informó en 29 de Febrero último y conforme con el dictamen de su Asesor Real a quien igualmente ha tenido a bien oír sobre esta exposición se ha dignado acceder a ella. Lo que comunico a V.E. de Real orden con inclusión del Real Despacho del interesado para los demás efectos consiguientes”
Solamente agregaremos que, en la documentación consultada por nosotros en su día, para determinar los comandantes de los diferentes batallones de Voluntarios Realistas de la región6, el puesto de Haro, aparecía como vacante, lo que no quiere decir que don Juan, lo ocupase de forma interina. Si está en la lista de sublevados en Haro, que recibieron caballos y pertrechos, según apuntamos al hablar de su hermano.
El otro documento, está firmado en Tolosa (Guipúzcoa), el día 1 de mayo de 1837, por don Joaquín Elío y dirigido al Jefe del Estado Mayor del Ejército, dice:
Excmo. Señor: = El Excmo. Señor Secretario de Estado y del Despacho de la Guerra con fecha 26 de Abril último me dice lo siguiente: = El Rey N.S. se ha dignado acceder a la instancia en que el Capitán de Caballería Don Juan Aguinaco solicita su pase a Inválidos. Y los digo a V.E. de Real orden, para que lo eleve a conocimiento de S.A.R. a los efectos consiguientes en mérito a su oficio de 3 del próximo pasado. = Lo que traslado a V.E. de orden de S.A.R. para los efectos consiguientes”
Lleva una nota al margen de 8 de mayo de 1837, que dice: “Se traslada al Comandante General de Caballería, previniéndole manifieste a este interesado a que depósito le acomoda pasar”
No tenemos ninguna otra noticia de don Juan Aguinaco, pues, al contrario de su hermano, no aparece en ninguno de los listados confeccionados tras el Convenio de Vergara, por lo que podríamos presumir que incluso hubiese fallecido antes del final de la contienda.
1.- Expediente Personal. Archivo General de Segovia.
2.- José Luis Ollero de la Torre: La Rioja ante la Primera Guerra Carlista (1833-1839), 2 vol. Instituto de Estudios Riojanos, Logroño, 1994 (Vol. 1, p. 38)
3.- Archivo General Militar de Madrid. Sección de Guerras Carlistas. Rollo 5, carpeta núm. 12.
4.- Tenemos copia de su partida de Bautismo, que nos fue remitida por la parroquia de Santo Tomás Apóstol de Haro.
5.- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia.
6.- José Antonio Gallego García: El levantamiento carlista de Castilla la Vieja. Actas. Madrid, 2002 (pp. 36 a 41)

viernes, 29 de octubre de 2010

Don Urbano AGUILAR MORENO

Nació en Peñaranda de Duero (Burgos) el día 16 de mayo de 18001.
Son bastantes e interesantes los documentos que se conservan en su Expediente, aparte de una sucinta Hoja Militar. Existe, por ejemplo:
Concesión, firmada en Madrid, el 2 de agosto de 1823, por el Duque del Infantado como Presidente de la Regencia del Reino, del grado de Subteniente de Infantería por la “bizarra conducta que en Salorino observó el Sargento primero del segundo batallón de Cazadores de la División del mando del Brigadier don Gerónimo Merino, Don Urbano Aguilar”.
Nombramiento, firmado por don Jerónimo Merino, firmado en Ávila el día 15 de agosto de 1823, de Subteniente de la compañía de Cazadores del 2º batallón del regimiento de Infantería <<Cazadores del Rey>>, de nueva creación, por los “méritos y servicios que tiene contraídos en la presente Guerra y por la exactitud que ha manifestado en el cumplimiento de sus deberes” don Urbano Aguilar.
Certificado, firmado el León el día 24 de junio de 1825, por el Coronel de Infantería don Mariano Rodríguez, jefe que fue del regimiento de Infantería <<Cazadores del Rey>>, haciendo constar que el Subteniente de Infantería don Urbano Aguilar se encuentra “usando de licencia ilimitada en Aranda de Duero”.
Pasaporte, firmado en Valladolid el día 20 de febrero de 1825, por el Teniente general don Carlos O’Donnell, a don Urbano Aguilar, Subteniente agregado al regimiento de Infantería de Línea nº 3, para “pasar a Fuentecén provincia de Burgos a fijar su residencia con el goce de todo su sueldo como procedente del Ejército Realista”.
Instancia firmada por él, en Fuentecén el 4 de junio de 1826, en la que se dice Subteniente de Infantería “ilimitado” en dicha población burgalesa, en relación con el reconocimiento de sus empleos, grados y condecoraciones, en la que dice haber remitido ya, en dos ocasiones, una en 1824, por conducto del Coronel del regimiento de Infantería <<Cazadores del Rey>> y otra en 1825, a través del Capitán general de Castilla la Vieja don Carlos o’Donnell, los documentos acreditativos que se le volvían a pedir.
Instancia, también firmada por él, en Berástegui (Guipúzcoa), el día 30 de mayo de 1836, solicitando a don Carlos, “se digne agraciarle con la Escribanía del Real Acuerdo de Vuestra Real Chancillería de Valladolid u otra que sea del Real agrado de V. M.”. Petición que basa en los servicios prestados durante la anterior campaña, refiriéndose lógicamente a la Campaña Realista de 1821-23, que hizo a las órdenes de Merino; en que se alzó en armas por los derechos de Fernando VII, y su sublevación, nuevamente siguiendo a Merino, el día 12 de octubre de 18332, desde Ayllón (Segovia), donde era Escribano, habiendo asistido, desde entonces, a todas las acciones que dirigió el caudillo burgalés, en el ya extinguido por entonces, batallón <<1º de Tiradores de Castilla>> y haber sido herido, el día 3 de junio de 1835, de un balazo en la cadera derecha. Hechos que justifica con certificados del propio Merino.
También está la copia de la Orden de don Carlos, firmada en Oñate (Guipúzcoa) el 23 de enero de 1836, concediéndole al grado de Capitán de Infantería. Una certificación, firmada en Orduña (Vizcaya), el 6 de febrero de 1836, por don Facundo González Juárez, Abogado de los Reales Consejos y de la Real Chancillería de Valladolid y soldado distinguido en el batallón de <<Tiradores de Castilla>>, en la que dice: “Certifico que D. Urbano Aguilar Moreno, Teniente Ayudante con el grado de Capitán del mismo Batallón, es Escribano Real y Numerario de la villa de Ayllón y su Partido, a quien ha visto ejercer sus funciones en la Provincia de Valladolid y la de Burgos…”. Otra, también firmada en Orduña, el 15 de junio de 1836, por don Basilio Ruiz Montejo, Subteniente de Infantería, en el mismo sentido que la anterior…
Muy interesante es la relación que de sus servicios hace, desde Peñaranda de Duero (Burgos) el 1 de mayo de 1851, con objeto de que se confeccionase su Hoja de Servicios. En dicha relación, en la que se dice hijo de Bartolomé, natural de Peñaranda de Duero y de Celestina, de Gumiel de Hizán y que por estar fiada a la memoria, contiene varias inexactitudes en cuanto a fechas, cuenta:
Que empezó a servir, en clase de Soldado, el día 1 de marzo de 1823, a las órdenes de Merino en el regimiento de Infantería <<Cazadores del Rey>>, en el que permaneció hasta el mes de diciembre de ese año, en que fue incorporado al regimiento de Infantería 3º de Línea (como don Saturio Abad), siéndole concedida la licencia “ilimitada” el 22 de febrero de 1824. Había ascendido durante aquella campaña, hasta Subteniente de Infantería (15 de agosto de 1823). Nos dice también que, estuvo junto a Merino, desde su pronunciamiento hasta el día 15 de diciembre de 1835, cuando regreso a las Provincias (Norte), siendo incorporado al batallón de Infantería <<4º de Castilla>>, del que pasó, el 20 de diciembre siguiente, al <<2º de Castilla>>. Por él, también sabemos que, salió con la expedición mandada por don Juan Antonio Zaratiegui (parece claro que no habían hecho caso a su petición de la escribanía), sin aclarar encuadrado en qué batallón y que fue hecho prisionero el día 29 de noviembre de 1837 (él dice por error en 1836), en el hospital de Santo Domingo de Silos (Burgos), desde donde fue conducido al depósito denominado de “San Pablo”, en la ciudad de Burgos, pudiéndose fugar el día 29 de mayo de 1838, reincorporándose a las tropas legitimistas el día 4 de junio, pasando al depósito de Oficiales, en el que permaneció hasta que el día 3 de noviembre, se le dio licencia para pasar a Francia, donde permaneció emigrado hasta el día 10 de julio de 1848.
En cuanto a las acciones de guerra que detalla, aparte de las de la Campaña de 1821-23, podemos destacar aquellas a las que asistió a las órdenes de Merino, durante los años 1834 y 1835: Cilleruelo de Arriba y Tejada (Burgos); San Leonardo (Soria); Quintanar de la Sierra y Hontoria del Pinar (Burgos). Melchor Ferrer3, cuenta que don Jerónimo, a principios de noviembre, estando en una tenada cerca de Santo Domingo de Silos, recibió un par de coces de su caballo, lo que le obligó a guardar reposo y dejar a sus hombres a las órdenes de “El Rojo de Puentedura”4, por lo que suponemos que las siguientes acciones que relata, como la de Plumarejos. Burgos (26 de noviembre de 1835) o Solarana. Burgos (29 de noviembre de 1835), debieron ser bajo su mando. También relata Ferrer5 que, Merino prefirió mandarles al Norte, para evitarles un mal encuentro. Debió ser, claro está, después de las últimas acciones citadas, pero lo cierto es, que los siguientes encuentros a los que asiste don Urbano, ya en el año 1836, fueron efectivamente en el Norte: Los Arcos y Arroniz (Navarra); campos de Arlabán (Guipúzcoa); tomas de Balmaseda, Mercadillo, Plencia y Lequeitio, en Vizcaya; Orduña (Vizcaya), campos de San Sebastián (Gupúzcoa)… y último sitio de Bilbao (Vizcaya). En el año 1837, participara, como dijimos, en la expedición mandada por Zaratiegui, siendo herido en la acción de Retuerta (Burgos).
Desde Burdeos, el 27 de mayo de 1848, solicitó acogerse al Decreto de 17 de abril de 1848, que se publicó, ampliando los beneficios del Convenio de Vergara, a todos aquellos que no se hubieran acogido a los mismos hasta ese momento, titulándose Primer Comandante de Infantería. Entre los numerosos documentos que, como indicábamos obran en su expediente, está también el pasaporte expedido por el Cónsul de España en Bayona, para poder regresar a España, de fecha 16 de junio de 1848.
Ya en España, desde Burgos y con fecha de 1 de julio de 1848, solicitaba la revalidación del empleo de Capitán de Infantería, olvidándose del de Comandante, acompañando documentación justificativa. El día 8 de noviembre de 1850, se le revalidaría el de Teniente Ayudante de Infantería y el grado de Capitán, con antigüedad de la fecha del Decreto de 17 de abril de 1848, negándosele el empleo de Capitán, por considerarse que no lo justificaba suficientemente. De hecho, en los listados facilitados al Ministerio de la Guerra, por las distintas Capitanías y Comandancias generales de los Jefes y Oficiales, procedentes de las filas carlistas que se habían acogido a los beneficios del Decreto de 17 de abril de 1848, solicitando la revalidación de sus empleos, figura don Urbano Aguilar, en el facilitado desde Burgos, el 18 de julio de 1848, como Teniente de Infantería6.
Pasaría, en situación de “reemplazo”, a residir en Peñaranda de Duero, desde donde solicitó el “retiro”, concediéndosele por resolución de 26 de noviembre de 1851, la licencia absoluta. Desde ese momento, ya no existe documento alguno en su Expediente, por lo que nos inclinamos a pensar que debería fallecer en Peñaranda, sin que podamos haber determinado en que fecha.
1.- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia.
2.- Realmente don Jerónimo Merino, dio la orden de levantamiento el día 14, aunque seguramente, estaba en contacto con sus partidarios desde mucho antes.
3.- Ferrer Dalmau, Melchor; Tejera Quesada, Domingo y Accedo Castilla, José F.: Obra citada (Tomo IX, p. 210)
4.- “El Rojo de Puentedura” era el apodo por el que era conocido don Eugenio Barbadillo, sobrino de Merino y hermano de don Gervasio, sobre los que trataremos más adelante.
5.- Ferrer Dalmau, Melchor; Tejera Quesada, Domingo y Accedo Castilla, José F.: Obra citada (Tomo IX, p. 210).
6.- Archivo General Militar de Madrid. Sección Guerras Carlistas. Rollo 5, carpeta 108.

Don Faustino y Don José ACHÚTEGUI OLIVÁN

Hijo de Pedro y Vicenta, nació don Faustino el día 16 de febrero de 1799 en la ciudad de Logroño (La Rioja)1.
Por su Hoja de Servicios sabemos que se enroló en el batallón que se denominó de <<Fernando VII>>, que mandó el Coronel don José Puértolas y que fue uno de los que se organizaron por los Realistas, que fueron reuniéndose al amparo del Ejército de don Luis Antonio de Borbón, duque de Angulema. En él combatió a los liberales en las acciones de Puente de Logroño (18 de mayo de 1823), Rioseras. Burgos (27 de julio de 1823) y en el sitio y toma de Ciudad Rodrigo. Salamanca (durante el mes de septiembre de ese mismo año de 1823).
Acabada aquella contienda, permaneció en el Ejército en el mismo batallón y clase de Sargento 1º que se le había reconocido al incorporarse, hasta que dicha unidad fue refundida, a finales de octubre de 1824, en el regimiento de Infantería del <<Rey>>, en el que prestó servicio hasta finales del mes de marzo de 1833, pasando entonces al de la <<Princesa>>, de guarnición en Leganés (Madrid), en el que estuvo hasta el día 14 de enero de 1834, en que recibió la “licencia absoluta”. Durante este tiempo, participó en la pacificación del Principado de Cataluña, levantado en armas en el 1827, en la que se llamó “Guerra de los Agraviados o Malcontents”, relevando su regimiento a la guarnición francesa que se hallaba en Barcelona y en Madrid, ya en 1833, en el desarme de los Voluntarios Realistas. Con fecha de 30 de octubre de 1830, había obtenido el grado de Subteniente de Infantería.
Consta en su Hoja de Servicios, que se incorporó a las filas carlistas el día 28 de marzo de 1834. Lamentablemente nada dice de su actuación al servicio de don Carlos. Solamente, queda constancia de haber sido reconocido, al tiempo de su incorporación a sus filas, como Subteniente de Infantería, siendo ascendido a Teniente con fecha 28 de mayo de ese mismo año de 1834, obteniendo el grado de Capitán el día 11 de enero de 1835 y el empleo de Capitán efectivo el 19 de marzo de 1836. No consta cuando obtuvo el empleo de 2º Comandante de Infantería con grado de Teniente coronel que, sin embargo, le fueron reconocidos con fecha del Convenio de Vergara, 31 de agosto de 1839, al que se acogió.
Figuraba en esta fecha, como tal 2º Comandante de Infantería, en el listado facilitado por don Rafael Maroto de la División de Castilla del Ejército Real del Norte2 y en la “Relación de Jefes y Oficiales procedentes del Convenio de Vergara revalidados en sus empleos”3.
Fue destinado al Depósito de oficiales que se estableció en la ciudad de Burgos, desde el que, con fecha 10 de marzo de 1840, solicitó la revalidación de su empleos y grado y en el que permaneció hasta que, a finales del mes de octubre de 1842, cuando se le revalidaron empleo y grado, pasó al regimiento de Infantería de la <<Princesa>>, en el que ya había prestado servicio, pero en calidad de “supernumerario”. A finales del mes de abril del año 1843, se le dio “licencia ilimitada”, situación en la que permaneció hasta finales de septiembre de ese mismo año, que pasó a la situación de “reemplazo”, pasando nuevamente a residir en los diferentes depósitos establecidos en Castilla la Vieja, el último, el de Medina de Rioseco (Valladolid), al que se integró el día 31 de julio de 1848 y en el que permaneció hasta su incorporación, el día 1 de noviembre de ese mismo año, al regimiento de Infantería <<Sevilla>> núm. 33. Regimiento en el que prestó servicio hasta finales del mes de junio de 1849, cuando, tras ascender al empleo de 1er Comandante de Infantería, con el grado de Teniente coronel (25 de mayo de 1849), fue destinado al regimiento de Infantería <<Gerona>> núm. 22, que tenía su cuartel en la ciudad de Vitoria.
Ése sería su último destino, pues, a petición de su Coronel, el Director General de Infantería, con fecha 13 de julio de 1850, dictaminaba su separación del servicio, a la espera de su “retiro”, que le fue dado con fecha 17 de julio. Parece ser que el motivo de esta decisión fue su indisciplina, pues consta en su Hoja, haber sido “reconvenido” hasta en cuatro ocasiones. Concretamente, con fecha 6 de Abril de 1849, se anota: “Sufrió una reconvención del Comandante Jefe accidental del Regimiento por ser repetidas sus faltas a las órdenes y en este día produjo consecuencias para retrasarse el servicio”. Con igual fecha, “Se le reconvino de oficio por el Comandante Jefe accidental del Regimiento por faltar a la remisión de los documentos que debían darse a la Superioridad”. Con fecha 24 de mayo de 1850, “Sufrió 24 horas de arresto en su casa que le impuso el Sr. Brigadier Comandante del Regimiento a consecuencia de haber tolerado conversaciones que hacían poco favor a la reputación del Cuerpo y manifestado debilidad en no castigar al que las profirió” y con la misma fecha anterior, “Ha sido reconvenido seriamente por el Jefe del Cuerpo, por su propensión a contraer deudas”. Lógicamente no podemos saber hasta qué punto eran ciertas estas consideraciones o hasta dónde podían estar determinadas por una posible animadversión, fruto de su pasado carlista, pero si podemos completarlas con las “Notas de Concepto”, que las acompañan, en las que consta, Valor: “Acreditado”; Aplicación: “Mucha”; Capacidad: “Regular”; Conducta: “Mediana”; Salud: “Delicada” y Estado: “Casado”, y de “Instrucción”, “Mediana” en Táctica y “Buena” en Ordenanza, Detall, Contabilidad y Procedimientos.
No mucha mayor información, nos permite conocer el resto de documentos existentes en su Expediente Personal. Por ellos sabemos, que intentó que se le computase su tiempo de servicio desde el día 20 de abril de 1821, en la que aseguraba haberse pronunciado por don Fernando VII, fecha que explicaría porque en el mes de enero de 1823, que figura como de su incorporación, se le concedió directamente el empleo de Sargento 1º, aunque lo cierto es, que nunca se le llegaría a reconocer ese tiempo de ejercicio. También, que desde Pinilla-Trasmonte (Burgos), el día 11 de octubre de 1850, solicitaba su vuelta al servicio activo, petición que le fue denegada y en la que insistió el día 30 de octubre de 1853, con igual resultado y no consta que volviese a reiterar. Se justifica igualmente, que había sido herido en el brazo izquierdo durante la Guerra de los Siete Años y que se encontraba condecorado con la Cruz de Plata de la Real y Militar Orden de San Fernando, concedida el 15 de noviembre de 1826, por su actuación en el Puente de Logroño; con la Cruz de Fidelidad Militar, concedida el 16 de marzo de 1826, por su participación en la Campaña de 1821-23 y con la Cruz de San Hermenegildo, concedida el 4 de abril de 1849, por su antigüedad en el Ejército.
No consta en su Expediente cuándo y dónde falleció, por lo que, siendo lo más probable que fuese en Pinilla-Trasmonte, localidad burgalesa situada a orillas del río Esgueva, donde parece ser que se había establecido, consultamos los Libros de Finados de dicha población, pudiendo comprobar que efectivamente, había fallecido allí el día 28 de julio de 1855, de cólera-morbo, dejando como heredera a su viuda doña Juana Fornelos Alonso4.
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De don José, sabemos que nació en Logroño (La Rioja), en el año 1807.
Al contrario que de su hermano, se conserva su Hoja de Servicios en el Ejército Carlista, concretamente en el escuadrón de <<Lanceros de Álava>>5. Por ella, aunque lamentablemente no da ni un solo dato sobre otras personas, ni anécdota alguna de su protagonista, pues se limita a una estricta relación empleos, destinos y acciones, conocemos que se alistó como voluntario de Caballería, en las filas realistas, el día 4 de noviembre de 1822 y que en aquella Campaña de 1821-23, combatió en El Carrascal. Navarra (4 de diciembre de 1822) y en Peñacerrada. Álava (15 de enero de 1823), alistado en el 4º escuadrón de Navarra y en los campos de Salvatierra. Álava (18 de marzo de 1823); en Logroño. La Rioja (5 de abril de 1823) y en las peñas de Trujillo. Cáceres (8 de septiembre de 1823), en las filas del 1º de Álava. Terminada aquella contienda, con fecha 1 de junio de 1824, se le dio “licencia absoluta”.
El día 1 de agosto de 1824, se alistaba en el Cuerpo de Voluntarios Realistas de su ciudad natal, donde se le concedió el empleo de Cabo 1º de Caballería y en el que ascendió a Sargento 2º (14 de marzo de 1826) y Sargento 1º (7 de octubre de 1833) de ese mismo Cuerpo y Arma. En aquella fecha, 7 de octubre de 1833, se producía el pronunciamiento de los Voluntarios Realistas de Logroño a favor de don Carlos María Isidro de Borbón, catalizado por la presencia en La Rioja de don Santos Ladrón de Cegama y la actividad de don Basilio Antonio García, por lo que podemos entender que, su último ascenso lo fue por su adhesión al pronunciamiento.
En cualquier caso, sería uno de los voluntarios que saldría de la capital riojana a las órdenes de don Santos Ladrón de Cegama y que junto a él, combatiría en la desgraciada acción de Los Arcos. Navarra (11 de octubre de 1833). Tras regresar a Logroño, combatiría luego a las de don Basilio Antonio García, en el también poco afortunado choque que se dio en el puente de Logroño (26 de octubre de 1833). Se uniría luego a don Jerónimo Merino y estaría en la jornada de Villafranca de Montes de Oca (13 de noviembre de 1833), que supondría la dispersión de los carlistas castellanos6. Tras aquella desbandada, don José se uniría a los alaveses, combatiendo, todavía durante el año 1833, concretamente el día 20 de noviembre, en los campos de Peñacerrada (Álava), intentado oponerse al avance del ejército de don Pedro Sarsfield hacia Vitoria.
Formando parte de la caballería alavesa, que se distinguiría notablemente, combatió a las órdenes de don Tomás de Zumalacárregui en la acción de Nazar y Asarta (valle de la Berrueza. Navarra) el 29 de diciembre de 1833. Más de 50 acciones de guerra registra, a partir de ésta, su Hoja de Servicios7:
Año 1834: Murguia. Álava (6 de enero); campos de Maestu. Álava (16 de enero); Aramayona. Álava (18 de febrero); Zudaire. Navarra (20 de febrero); Narvaja. Álava (3 de marzo); Vitoria y derrota de los Celadores de Álava en los campos de Gamarra Mayor. Álava (16 de marzo); Bernedo. Álava (18 de marzo); Araya. Álava (1 de abril); Alsasua. Navarra (14 de abril); Gulina. Navarra (22 de abril), venta de Echévarri. Vizcaya (4 de mayo); Lecumberri. Navarra (15 de mayo); Zudaire. Navarra (19 de mayo); Peñas de San Fausto. Navarra (24 de mayo); Araya. Álava (11 de junio); campos de Elguea. Álava (24 de junio); Betelu. Navarra (2 de julio); Zabalza. Navarra (24 de julio); Viana. Navarra (8 de agosto); Abárzuza. Navarra (26 de septiembre); llanada de Vitoria. Álava (27 y 28 de octubre); campos de Sesma. Navarra (5 de noviembre); caserna de Peralta y toma de Villafranca. Navarra (9 de noviembre), y Mendaza o Arquijas. Navarra (12, 15 y 16 de diciembre de 1834). Año 1835: Puente de Arquijas. Navarra (5 de febrero); Los Arcos. Navarra (2 de septiembre) y bloqueo de Vitoria. Álava (12 al 22 de octubre). Año 1836: Campos de Guevara. Álava (2 de enero); puerto de Arlabán. Guipúzcoa (16 y 17 de enero); campos de Urrinaga. Álava (15 de abril); campos de Salvatierra hasta Villarreal de Álava (Pascuas de mayo). Año 1837: Puente de Lerín. Navarra (11 de julio). Año 1838: Último que se recoge en su Hoja de Servicios, figurando en él, Mena. Burgos (11 de enero); pérdida del fuerte de Peñacerrada. Álava (19 y 22 de junio) y Villodas. Álava (10 de agosto).
Aunque tal vez, para nosotros, lo más interesante es destacar que, participaría en la expedición a Castilla que dirigiría el General don Juan Antonio Zaratiegui, formando parte del escuadrón de Oficiales o de la <<Legitimidad>>, que mandaba el Brigadier don Francisco Ortigosa, pues había ascendido a Alférez de Caballería con grado de Teniente, el día 25 de enero de 1836. Salió con la expedición mandada por Zaratiegui, el día 19 de julio de 1837, de Galvarín (Álava), para regresar el 25 de octubre de se mismo año, por Ventades (Álava), formando parte don José, de la Caballería que acompañó a don Carlos a su regreso al Norte.
Durante la expedición, tanto a las órdenes de Zaratiegui, como tras que éste se uniese a la Real que encabezaba don Carlos, estuvo en casi todas las acciones de guerra que se dieron, según su Hoja de Servicios:
Zambrana. Álava (23 de julio), Segovia (30 de julio), campos de Las Rozas. Madrid (8 de agosto), Villacastín. Segovia (11 de agosto), campos de Santo Domingo de Silos. Burgos (16 de agosto), Palacios de la Sierra. Burgos (19 de agosto), toma de Salas de los Infantes. Burgos (22 de agosto), El Burgo de Osma. Soria (28 de agosto), Valladolid (8 de septiembre), Aranda de Duero. Burgos (11 de septiembre), Retuerta. Burgos (16 de septiembre) y Huerta del Rey. Burgos (20 de septiembre)8.
Después de la expedición Zaratiegui, estuvo encuadrado en el 4º regimiento de Caballería y en el escuadrón de <<Lanceros de Arlabán>>.
Tras acogerse al Convenio de Vergara, estuvo destinado en clase de “supernumerario” en el regimiento de Caballería <<Albuera>>, 5º de ligeros, en el que, con fecha 28 de abril de 1841, se le revalidó el empleo de Alférez de Caballería y grado de Teniente, con antigüedad del Convenio de Vergara, 31 de agosto de 1839. El 1 de septiembre de 1843, pasó al regimiento de Caballería de la <<Reina>>, siendo propuesto, con fecha 30 de marzo de 1844, para su “licencia absoluta”, pasando a residir en Logroño.
En la capital riojana, falleció el día 24 de marzo de 1866.
1.- Expediente Militar. Archivo General Militar de Segovia. En el caso en que no reseñemos lo contrario, todos los datos de filiación que damos, constan expresamente en la documentación encontrada en su Expediente.
2.- Archivo General Militar de Madrid. Guerras Carlistas. Rollo núm. 5, carpeta 17.
3.- Archivo General Militar de Madrid. Guerras Carlistas. Rollo núm. 5, carpeta 45.
4.-Archivo Diocesano de Burgos. Libro de Finados de Pinilla-Trasmonte nº 5 (1852-1880), partida nº 112, pág. 29. Curiosamente se hace constar en su partida que era Primer Comandante retirado.
5.- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia.
6.- Ver al respecto, nuestro trabajo El Levantamiento carlista de Castilla la Vieja. Actas. Madrid, 2002.
7.- Esta Hoja, parece haber sido redactada con ocasión del Convenio de Vergara y fiándose de la memoria de don José, que enumera muchas de las acciones a las que existió, aunque a nuestro entender se equivoca en muchas de sus fechas, que nosotros, sin embargo, hemos respetado. De hecho al hablar del año 1838, último de dicha Hoja de Servicios, se lee: “… y varias acciones que el interesado no tiene presentes”.
8.- Sobre la expedición de don Juan Antonio Zaratiegui conviene estudiar, además de la Historia del Tradicionalismo Español de Melchor Ferrer, ya citada, a partir del Tomo XIII; Auge y ocaso de Don Carlos. La Expedición Real. Arca de la Alianza Cultural. Madrid, 1986, de Alfonso Bullón de Mendoza y Gómez de Valugera; Un episodio de la Guerra Civil en el Ejército de Carlos V. Imprenta de Adriano Moessard y Jousset. París, 1840; 4 de Agosto de 1837. Zaratiegui en Segovia. Gráficas CEYDE, Segovia, 1978, de Alfonso Ceballos-Escalera y “Zaratiegui” en Galería Militar Contemporánea. Sociedad Tipográfica de Hortelano y Compañía. Madrid, 1846 de Eduardo Chao, Pedro Chamarro y José Gómez Colón.